La gastronomía gana cada vez más peso como forma de disfrutar nuestro ocio y acercarnos a culturas desconocidas. Probar nuevos sabores y texturas se ha convertido para muchos en una manera de viajar a través del paladar y la cocina asiática es uno de los grandes beneficiados de esta tendencia desarrollada desde hace unos años.

Bajo este marco, La Opinión de Málaga y la agencia Sopa de Letras celebró el lunes la segunda edición de Gourmets & Gastronomy Bloggers, un encuentro en el que cuatro expertos debatieron bajo el título «La cocina de fusión asiática como tendencia gastronómica». La divulgadora gastronómica Cristina Martínez (Garbancita); el chef y formador especializado de cocina japonesa Carlos Navarro Björk; el jefe de cocina de Kirei Valeria del Grupo Kabuki, Carlos Mansilla Gil de Bernabé y, por último, el chef ejecutivo del Grupo Premium, Mario Rosado Segado, debatieron sobre cuestiones relacionadas con la relación entre la fusión gastronómica y su acercamiento, o no, a la cocina tradicional, los motivos que hay detrás de ese crecimiento de la cocina asiática y la absorción de esta cultura en nuestros establecimientos, entre otras cuestiones.

Alrededor de medio centenar de asistentes acudieron a este encuentro que se celebró en la terraza de San Juan del Hotel Málaga Premium, una jornada patrocinada por Heineken, Amaran, Vallmed y Mahos.

La cocina asiática, a debate

Tras introducir a los ponentes, la presentadora Laura Escobar dio paso al debate que arrancó con Cristina Martínez y una breve contextualización sobre cómo el mundo se haa sometido en varias ocasiones a la absorción de diversas culturas, platos y productos en varios puntos del globo terráqueo. «Nada es relativamente nuestro», indicó. Una de las primeras revoluciones se remonta al siglo 5 a.C. a Oriente, lugar del que proviene todo lo relacionado con la agricultura y la ganadería. Otro de los grandes hitos llega con la conquista de América y productos como el pimiento, el tomate o la patata entran en la cocina tradicional española a pesar de no llevar más de 500 años entre nosotros. Sin embargo, apuntó que el contacto con los productos no ha conllevado la asimilación cultural del lugar del que provienen. «No sabíamos cómo comer una patata», aclaró.

En esa última línea explicó Carlos Navarro, uno de los grandes defensores de la cocina japonesa, cómo se ha perdido con los años la técnica de elaboración o las medidas de higiene necesarias para comer pescado crudo de manera segura tras la explosión de los últimos años de la cocina japonesa.

En cuanto a la cocina fusión que tanto se estila en los últimos años, Mario Rosado explicó que desde hace unos 7 años, aproximadamente, Málaga se ha convertido en una ciudad más abierta y tanto restauración como clientes apuestan por fusionar esta cocina.

Sin embargo, el propio Carlos Mansilla Gil de Bernabé matizó un poco más esa idea y expuso que quizá hace no más de una década se ha dado nombre a cosas que con anterioridad muchos comían sin saber qué eran. El atún ahora es un tataki o las tradicionales empanadillas son unas gyozas. Y es que la divulgadora Cristina insistía en la idea de que la cocina que se ha extendido en los últimos años es solo la de Japón y apenas se conoce el resto de Asia. «Es un cambio de actitud a nivel social ya que necesitamos algo que sea atractivo constantemente».

Sobre la absorción de la cultura gastronómica, los ponentes respondieron de manera unánime que es prácticamente imposible absorber toda la cultura y lo habitual es quedarse con aquellas propuestas más representativas. Una cuestión a la que siguió el saber si quizá, la fusión nos aleja más de la cocina tradicional. O por el contrario, nos une. «Nosotros potenciamos sabores y le damos un guiño asiático», indicó Mario Rosado. Una idea similar a la que ofreció Carlos Mansilla, que en sus restaurantes buscan la reinterpretación de cierto platos sin perder la tradición.

Cristina Martínez dio una vuelta de tuerca a la idea y expuso que mientras la fusión permite ciertas licencias creativas, cuando se hace con la gastronomía española, «defendemos mucho lo nuestro».

En cuanto a por qué la cocina japonesa o asiática gana cada ve más fuerza y adeptos en los últimos años, ningún ponente dio una respuesta concreta. Se habló de la moda que se ha despertado en los últimos años, del poder de las redes sociales y la globalización y la rentabilidad que ofrece adaptar ciertos platos hasta convertirse en auténtico productos marketinianos. «Me pregunto qué dirán aquellos que estudien dentro de cien años la cultural gastronómica de nuestro país durante los primeros años del siglo XXI. Pensarán que nos invadieron los asiáticos», indicó Cristina Martínez.

Con más de 10 millones de turistas que posicionan la gastronomía como principal motivo para venir a España, una cifra que alcanza las 650.000 personas en Andalucía, la presentadora abrió la puerta a ese mercado que viene en busca de la gastronomía local y si este tipo de tendencias de fusionar culturas es positivo.

Carlos Navarro aseguró que la oferta es muy amplia y se pueden encontrar establecimientos especializados en la cocina de corte tradicional. Aun así, la fusión no la calificó como algo negativo y explicó que el turista, normalmente, no busca ese tipo de propuesta culinaria, un producto más enfocado al residente.

El propio Carlos Mansilla indicó que la aceptación de su cocina en la tierra ha sido llamativa para bien y que son muchos los visitantes locales que se atreven a probar una línea pura de este tipo de cocina. «La gente está siendo más innovadora y se atreven a probar cosas nuevas», declaró.

Cocina en directo

Para cerrar este encuentro de cerca de dos horas, los invitados pudieron disfrutar de un showcooking en directo por parte del chef ejecutivo del Grupo Premium, Mario Rosado, que preparó dos platos en la terraza de San Juan: Un taco de chili crab y un tonkatsu de solomillo con maíz en texturas.