La histórica empresa malagueña Construcciones Vera, ejecutora de algunas de las obras públicas más emblemáticas de Málaga, atraviesa momentos difíciles. Según ha podido confirmar este periódico a través de diversas fuentes, la constructora estaría estudiando solicitar la liquidación de la compañía y ha procedido en los últimos días al despido de todo su personal, repartido por diferentes obras de varias provincias. El despido se ha llevado a cabo a través de un ERE que se negoció y consensuó el verano del año pasado pero que no fue aplicado en aquel momento por la entrada de una carga de trabajo extra, apuntaron fuentes sindicales. Los trabajadores recibieron la notificación de despido el pasado viernes.

Construcciones Vera, dedicada al segmento civil y de edificación, tenía a inicios de año una plantilla de 77 empleados y cerró 2016 con una facturación de casi diez millones de euros. La cifra de ventas es sensiblemente inferior a la que se logró en 2015 (41,4 millones).

Hay que recordar que, a consecuencia de la crisis, la constructora entró en concurso de acreedores en el año 2013, un proceso que superó ese mismo año. La salida del concurso está, no obstante, sujeta al pago periódico de la deuda en el convenio pactado con sus acreedores. El compromiso de Vera era abonar esa deuda (que tras la quita pactada se podría haber quedado en cerca de 40 millones) en un plazo de siete años. Las dificultades para poder afrontar esos pagos estarían así detrás de la decisión de la empresa, que al parecer tiene ya decidido el nombramiento de un liquidador que gestione el proceso de cierre de la empresa. Una incógnita que se plantea es saber qué pasará con las obras que tiene adjudicadas Vera, tanto en España como en diversos países de Sudamérica y en Portugal y el norte de África, y con sus actuales obligaciones con proveedores

Las fuentes consultadas ayer por este periódico hablaron de «tiempos difíciles» y «de gran dificultad», pero no supieron precisar hasta qué punto la liquidación de la constructora afecta al resto del Grupo Vera, integrado además por su división inmobiliaria (ALEI), otra de concesiones y servicios y una más de hoteles y golf. En todo caso, la pata constructora representa más de la mitad del negocio del grupo, que en 2016 presentó unas cifras globales de 17,3 millones de facturación y 139 trabajadores. Un año antes, las ventas del grupo fueron de 51,2 millones.

Un gran vacío

Se da la circunstancia de que el gran artífice de la exitosa trayectoria de la constructora durante las últimas décadas, Francisco Vera, falleció el pasado mes de junio a los 77 años de edad tras unos meses de lucha contra la enfermedad. Vera, que dio continuidad y auge al negocio familiar (la actividad fue iniciada por su padre, Juan Vera, en 1941, aunque la empresa como tal se constituyó en la década de los 50) era uno de los grandes referentes del sector y la verdadera alma de la compañía. Su ausencia ha podido ser clave en la decisión de sus ahora responsables, miembros también de la saga familiar.

La nómina de grandes obras en las que participado Vera o en los que ha sido la principal promotora en todos estos años es interminable y abarca proyectos tan emblemáticos como el metro de Málaga, la urbanización del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), el hipódromo de Mijas, la construcción de Parcemasa, la urbanización de Teatinos o la construcción de puertos deportivos como La Duquesa en Manilva y Cabopino en Marbella o infinidad de carreteras y autovías en la región, además de más de 3.000 viviendas edificadas en varias promociones.

La empresa también ha atravesado momentos duros durante la crisis e incluso se vio abocada a solicitar el concurso de acreedores en 2013, proceso que superó ese mismo año. En los últimos ejercicios había consolidado su presencia internacional con negocio en Sudamérica, Portugal y norte de África. En 2015, su facturación ascendió a 51 millones de euros, lo que la situaba en el puesto 30 del ranking malagueño. Pese a ello, la cuenta de resultados no se libraba de los números rojos, con un balance que arrojaba pérdidas.

El fallecido Francisco Vera era también un convencido de la necesidad de innovar en el sector de la construcción y buena muestra de ello era su presencia como presidente en la Fundación Habitec, situada en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA) y que tiene por objeto el desarrollo del sector del hábitat y de las nuevas tecnologías en la comunidad.

Los más veteranos también recuerdan que fue uno de los impulsores hace varias décadas de Hormigones Málaga, iniciativa que años después quedó integrada en el negocio de la fábrica de cemento de La Araña. En el ámbito asociativo, era vocal del comité ejecutivo de la Asociación de Constructores y Promotores de Málaga (ACP), creada en 1977.