El próximo mes de octubre, la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Málaga recibirá la propuesta de que unos pequeños jardines sin nombre en la calle Eugenio Sellés, en Las Acacias, pasen a llamarse Jardines Maestra Lola Romero, en homenaje a la profesora Lola Romero Martín, fundadora y directora durante casi 40 años del Colegio Infantil San Luis Gonzaga, en la misma calle, demolido en el otoño de 2016, después de que el curso anterior cerrara para siempre sus puertas.

La iniciativa, promovida por particulares, cuenta con el respaldo de numerosos colectivos malagueños como el Ateneo de Málaga, el Consejo Social de la Universidad de Málaga, la Academia de Bellas Artes de San Telmo o la Academia Malagueña de Ciencias.

Del mundo vecinal han prestado su apoyo las tres federaciones de vecinos de Málaga (Unidad, Solidaridad y Cívilis), así como las asociaciones de vecinos de Pedregalejo, El Palo y Parque Mediterráneo.

También apoyan la iniciativa el Colegio de La Presentación y el Colegio San Estanislao de Kostka así como la asociación de antiguos alumnos de este último centro, ya que muchos estudiantes pasaron antes por el colegio de Lola Romero. Hija de un agente comercial de la Casa Larios, en su juventud Lola Romero, que iba a ingresar en su noviciado y a estudiar Ciencias Exactas, se decantó finalmente por Magisterio a raíz de la muerte de su madre, para poder cuidar de su padre. Al estudiar por libre Primero de Magisterio en Granada descubrió que le encantaba la enseñanza. El segundo curso ya lo pudo hacer en Málaga, en la nueva Escuela de Magisterio del Ejido.

A comienzos de los 60 se casó con Luis Segalerva, delineante de la Confederación Hidrográfica del Sur, con quien tuvo cinco hijos. En el arranque de los 70, siendo profesora en el Colegio de La Presentación, hizo una sustitución en Infantil y supuso un flechazo para ella: «Yo no había estado antes con niños y me fascinaron», contaba a La Opinión en una entrevista en 2015.Los inicios, en 1978

Por mediación del jesuita padre Tejera empezó a trabajar en un colegio infantil, San Francisco de Borja, y al poco tiempo se sintió con fuerza como para montar su propia guardería. Estaba en alquiler Villa Macarena, en la calle Eugenio Sellés, y allí abrió sus puertas, en 1978, el Colegio San Luis Gonzaga, en recuerdo del santo de su marido.

En 1982 fallece Luis Segalerva y a partir de entonces, viuda y con cinco hijos, Lola Romero sacará adelante en solitario a su familia. «Nadie se ha enterado de mis penas nunca, aquí he estado siempre al pie del cañón», confesaba a este diario.

Estar al frente del Colegio San Luis Gonzaga le permitió ofrecer muchas novedades pedagógicas, en especial relacionadas con la educación musical. «Es fundamental porque educa al niño el oído, que es esencial para los idiomas, por lo que un niño con música es muy difícil que fracase en inglés», comentaba.

Zarzuelas con murales pintados a mano, una tempranera Semana Santa infantil, pictogramas, instrumentos manuales... como señalaba en 2015, su trabajo «ha sido una carrera a contrarreloj pero con una energía y unas ganas... afrontando el día a día con optimismo».Testimonios

En el escrito de justificación del apoyo a la iniciativa, José Manuel Cabra de Luna, presidente de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, destaca que «Lola Romero fue una profesora, una maestra, que llevó de la mano a muchos niños y niñas para que recorriesen su camino hacia las estrellas y encontrase cada cual la suya; la que tiene cada persona allá en lo alto, es decir, en su interior».

Para Fernando Orellana, presidente de la Academia Malagueña de Ciencias, Lola Romero es «un ejemplo de superación ante las adversidades de la vida y de emprendimiento profesional y social» y destaca, además de «su exquisita y excelente profesionalidad, una especial sensibilidad para introducir nuevas dimensiones en la educación».

Ramón Carlos Morales, en nombre de la Federación de Asociaciones de Vecinos Unidad, resalta que «su entrega a sus niños va mucho más allá de la relación profesora/alumno y queda de manifiesto en cómo la vivió durante tantos años en una frase de doña Dolores: Quererlos con locura y hacer míos todos sus problemas».

Por su parte, Alberto Rodríguez, director del Colegio San Estanislao de Kostka, califica a Lola Romero de «maestra inolvidable» y subraya que esta propuesta «supone además un reconocimiento a la labor, no siempre reconocida, de quienes se dedican con tanto amor y vocación a la enseñanza en la etapa más temprana».

La iniciativa irá acompañada además de numerosas firmas de particulares, algunos de ellos antiguos alumnos de esta recordada maestra.