La familia del malagueño Jorge Gómez Varo continúa a la espera de recibir noticias. La información llega a cuenta gotas y de forma muy lenta. Ya han pasado casi cinco días del terremoto de México, cuando el edificio del número 286 de la calle Álvaro Obregon cayera desplomado por las violentas sacudidas. "Estamos desesperados", reconoce Carmen en su cuenta de Twitter, una de las hermanas de Jorge.

Otra hermana de Jorge, Laura, viajó la semana pasada desde Madrid hasta México DF para acompañar a su cuñada Irene, que desde el primer momento se encuentra a pie de edificio atenta a todos los movimientos que los equipos de rescate realizan para tratar de salvar con vida a su novio.

Los trabajos son muy lentos. Juan Carlos Peñas, capitán español de la Unión Militar de Emergencias (UME) desplazado hasta la capital azteca para colaborar en las tareas de búsqueda de supervivientes, reconoce que "quitar una losa de 30 toneladas lleva tres o cuatro horas en el mejor de los casos". "Hay que valorar muy bien toda la situación, porque cualquier movimiento conlleva deslizamientos e inseguridad", admite.

Ya ha pasado mucho tiempo. Desde ayer, el operativo trata de acceder por una nueva zona del edificio colapsado con la esperanza de encontrar un hueco de vida para poder acceder lateralmente a alguna de las escaleras. Ahí es donde se cree que podría estar Jorge, ya que fue el último en abandonar el edificio y estaría bajando desde el segundo piso justo cuando éste se vino abajo. "Estamos levantando unas losetas para tratar de acceder por un agujero a la planta dos, a un patio de luces que había y a ver si desde allí encontramos algún hueco de vida para poder acceder lateralmente a alguna de las escaleras. De haber esperanza es en ese hueco. El resto del edifcio está totalmente colapsado. Si alguien ha quedado entre las planchas de los distintos pisos es prácticamente imposible que sobreviva", explicó el capitán Peñas.