Psicología parecía el cuento de nunca acabar, aunque al menos ya hay fecha para comenzar a redactar el epílogo. La Universidad de Málaga acaba de firmar el contrato de ejecución de las obras de la nueva facultad, el cuarto de los edificios docentes que se construirá en los terrenos de ampliación del campus de Teatinos, así que los trabajos, según las previsiones de la Gerencia, podrán iniciarse en un mes. Lo harán, eso sí, nueve años después de que la UMA presentara el proyecto ganador en 2008 y el edificio no podrá albegar clases hasta el curso 2019/2020, lo que significa una nueva demora, según los últimos plazos que se dieron a conocer.

Los retrasos se venían acumulando prácticamente desde que la UMA presentara el proyecto ganador, obra del estudio LLPs Arquitectos, de Madrid, firmado por Eduardo Pérez y Miguel Ángel Sánchez. Las trabas burocráticas y administrativas han actuado de forma inapelable. También la crisis económica, lo que ha venido demorando en exceso la construcción de esta facultad, cuyos profesores y alumnos se ven obligados a compartir espacio con los de Ciencias de la Educación, en una situación de provisionalidad que se ha llegado a eternizar.

«Hemos tenido que convivir en la estrechez y gracias a la buena voluntad de unos y otros», admite la decana de Psicología, Rosa Esteve, que aclara que muchos alumnos estudian en el aulario Gerald Brenan. En cualquier caso, confía en que esta vez se cumplan los plazos. «Cada vez que pedimos inversiones para mejorar nuestros espacios nos dicen que en 24 meses nos iremos al nuevo edificio. Yo no achaco esta demora a la Universidad de Málaga ni al equipo de gobierno, sino a los imponderables. No ha habido negligencia», defiende Esteve.

La parcela donde se ubicará el edificio tiene una superficie de 9.123,13 metros cuadrados. El proyecto inicial que ganó en su día el concurso de ideas, Muros de Luz, de LLPs arquitectos, se basaba fundamentalmente en su apuesta por las medidas de sostenibilidad, una característica que se mantiene en el proyecto definitivo.

Las modificaciones del proyecto inicial se han debido a los continuos cambios estipulados por los requisitos del Plan especial que rige la normativa urbanística de la ampliación de Teatinos, y que afectaban, entre otras cosas a la altura, por problemas con Navegación Aérea.

Extender en horizontal

Básicamente los cambios se han resuelto con la eliminación de la entreplanta y su extensión en horizontal.

La edificación se sitúa sobre la parcela de terreno que está frente a la facultad de Ciencias de la Salud. Se divide en dos partes claramente diferenciadas: la oriental, con un pabellón transparente de una sola altura que alberga las zonas comunes del proyecto, y la occidental, que incluye la parte del edificio que se encuentra elevada, donde se desarrollan el resto de los usos.

La vicerrectora de Smart-Campus, Raquel Barco, aseguró ayer que el dinero no es un problema y que la Universidad cuenta con fondos suficientes para iniciar la obra. Mientras que la gerente de la UMA, María Jesús Morales, confirmó que el contrato de ejecución de las obras se han firmado ya y empezarán en un mes.

Aunque en 2015, cuando se dio a conocer el proyecto modificado, se hablaba de que el edificio entraría en servicio en 2018, ya no lo podrá hacer hasta 2019.