La familia de Ernesto Díaz ha dejado de acudir a la casa que tiene en El Tarajal y que perteneció a sus abuelos. Continúan con el disgusto en el cuerpo por la multa impuesta por el Ayuntamiento por podar un ficus, «que podábamos todos los años, desde hace 40», cuenta Ernesto. Este malagueño de 39 años no entiende que la poda de un árbol que sigue gozando de buena salud, y cuyas ramas invaden su patio y tocan ya el suelo, haya sido interpretado por el Consistorio como «la eliminación de un ejemplar de Ficus elástica», como señala el Área de Medio Ambiente.

El árbol, que da al muro de su casa, se encuentra en terreno de la Junta de Andalucía, en una terruño inaccesible a pie, asomado al cauce del arroyo de Pocapringue.

Para poder arreglar el muro de la vivienda, dañado por el árbol cuyas ramas se apoyaban en él, en septiembre de 2013 un jardinero -«ingeniero agrónomo», precisa Ernesto- le hizo una poda severa. «El muro se hizo nuevo, tuvimos que podarlo para poder continuar la obra. Lo podamos, como hemos hecho toda la vida, y el ficus sigue creciendo», argumenta.

Sin embargo, la Policía Local acudió y multó a Inmaculada Díaz, la hermana de Ernesto, y al jardinero, que se encontraban en ese momento en la casa. El Ayuntamiento les impuso una multa de 150 euros a cada uno por no haber solicitado la licencia y más de 4.000 en concepto de reposición del ejemplar «eliminado».

Como destaca Ernesto Díaz, «del dinero del jardinero nos hemos responsabilizado nosotros, mi hermana está en paro y le han fraccionado el pago en 48 meses».

La paradoja es que, cuando consultaron a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta, en diciembre de 2016 la administración autonómica les reconoció que el ficus invadía la parcela familiar, además de que podría «llegar a afectar la capacidad de desagüe del cauce e incluso a la propia obra de defensa existente». Por estos motivos, la Junta de Andalucía autorizaba a la familia Díaz a cortar el árbol «sin perjuicio de la obtención de otras licencias, en especial cualquier licencia municipal».

Ayer, el concejal socialista Sergio Brenes dijo no entender una multa de tanta cuantía, «por la supuesta tala de un árbol que cualquier persona puede ver que goza de buena salud». También criticó que Medio Ambiente «se agarre» a la protección del PGOU del árbol, «cuando el Ayuntamiento los está eliminando de la vía pública» y que se cebe con una persona sin ingresos.

Por su parte Javier Gutiérrez del Álamo, responsable de Parques y Jardines, explicó ayer que la intervención de la Policía Local se produjo «por una denuncia vecinal» y que el ficus «lo habían talado a la altura del muslo; el ficus elástica echa brotes y vuelve a crecer y ahora la copa está mucho más baja, porque se taló el 80 por ciento de la copa». También subrayó que se trata de un árbol «protegido por el PGOU» y recordó que se ha pedido a la Junta su traslado, «aunque no nos ha contestado».