La empresa municipal de abastecimiento de agua de Málaga, Emasa, ha constatado una mejora sensible en la calidad del suministro, en lo que se refiere a su dureza y la concentración de compuestos minerales, especialmente magnesio y calcio. Según las analíticas realizadas por su laboratorio, la presencia de estas sustancias se ha reducido en un 75%, gracias principalmente a la intervención de la Instalación Desaladora de Agua Salobre (IDAS) El Atabal, que entró en servicio en junio de 2005.

El concejal del Área de Sostenibilidad Medioambiental del Ayuntamiento de Málaga, Raúl Jiménez, ha invitado a la ciudadanía a hacer uso del agua del grifo una vez que se ha resuelto el problema de salinidad y la dureza de las aguas provenientes del embalse del Conde de Guadalhorce. "Hay que preguntarse por qué la desalobradora de El Atabal ha cumplido 12 años de funcionamiento y aún se escucha que no se puede beber el agua del grifo por un supuesto mal sabor", ha cuestionado el edil, quien no ha dudado en señalar que algunas de las aguas minerales que se venden son de peor calidad que la que Emasa abastece por el grifo. "En Málaga, la calidad del agua del grifo no sólo cumple el RD 140/2003, sino que también es de baja salinidad y dureza, por lo que presenta una calidad comparable a muchas aguas envasadas", ha insistido.

Además de la calidad de la composición del agua, los técnicos del laboratorio de Emasa también han estudiado su sabor. Para ello, han realizado catas de agua procedente de diferentes distritos, incorporando a los 64 puntos de muestro habituales que tienen distribuidos por toda la ciudad, otros como los domicilios del propio personal de Emasa o viviendas unifamiliares también en diferentes emplazamientos. Como resultado de las catas, los técnicos no detectaron en ningún caso un sabor anómalo, sólo la presencia de cloro.

Estas pruebas se han realizado también directamente en la red, llevándose las muestras a analizar a un laboratorio externo acreditado en la determinación del sabor. Todos los puntos analizados ofrecieron como resultado una clasificación de "agua sin sabor anómalo". Una vez chequeada la idoneidad de la red, los biólogos señalan que aquellos casos puntuales en los que el agua de algún grifo presente alteraciones de sabor, se deberá principalmente a la fontanería del domicilio o la comunidad en cuestión, o al aljibe, que debe ser limpiado anualmente.

Todos los análisis que realiza Emasa desde la captación hasta la distribución de agua son introducidos en el Sistema de Información Nacional de Aguas de Consumo (Sinac), que es una aplicación que identifica la calidad sanitaria de las aguas de consumo en el ámbito nacional. Toda esta información está disponible de forma resumida en la sección "Acceso ciudadano" de la página web del Sinac.

En lo que se refiere al cloro, su presencia es una circunstancia que no se puede evitar. Tanto el RD 140/2003 de 7 de febrero, por el que se establecen los criterios sanitarios de la calidad del agua de consumo humano, como el Decreto 70/2009, de 31 de marzo, por el que se aprueba el Reglamento de Vigilancia Sanitaria y Calidad del Agua de Consumo Humano de Andalucía, obligan a que la concentración de cloro residual libre en el agua de la red de distribución se mantenga entre 0,2 y 1 mg/l.