La incertidumbre generada por el pulso independentista en Cataluña ha abocado a San Miguel a trasladar su domicilio social de Barcelona a Málaga. Una decisión que se hizo oficial este lunes por la tarde, después de que el consejo de administración se reuniera de forma extraordinaria en sesión matutina. Una medida que facilitará a la empresa cervecera permanecer bajo el paraguas de la legislación española y que otorga «seguridad jurídica» ante una posible declaración unilateral de independencia (DUI). El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, comparecerá esta tarde en el Parlament para articular los resultados del referéndum del 1-O. A pesar de la creciente presión sobre Puigdemont para que aborte la ruptura, el máximo responsable del Gobierno catalán insistió ayer en que no hay una alternativa posible a la independencia.

En un comunicado emitido por la empresa a última hora de la tarde, se justifica la decisión en la necesidad de «garantizar la máxima seguridad jurídica para la compañía y sus profesionales en el desarrollo de su actividad». La diáspora de empresas catalanas se inició la semana pasada con la del Banco Sabadell y Caixa Bank, y se prolongó este lunes con la marcha de más empresas pertenecientes al sector de la industria alimentaria. Entre ellas, Cola Cao, Nocilla, Paladin o el productor de batidos Okey.

Volviendo al caso de San Miguel, cabe preguntarse ahora por los efectos prácticos que tiene este cambio social. De entrada, se trata de un movimiento que blinda a San Miguel ante una posible ruptura unilateral y le garantiza su pertenencia dentro del marco jurídico español y, por ende, bajo el régimen de la Unión Europea. El cambio de sede, en concreto, afecta a Cervezas San Miguel S.L.U. Dentro de la matriz principal, Mahou S.A., se trata de la sociedad dedicada a la actividad industrial del grupo. En este caso, es una sociedad de útil industrial. Esto significa que no comercializa bienes o servicios de ningún tipo al consumidor final.

El traslado de la sede no trae consigo cambios operativos y tampoco supone, a priori, un traslado físico de las oficinas que tiene San Miguel en la capital catalana. Tampoco perjudicará a los empleados de una de las marcas líder del sector cervecero en España. Sobre el papel, la mencionada matriz, Mahou S.A., ya tenía su sede fiscal en Madrid, donde se ubica también la sede central. En total, Mahou S.A. cuenta con centros de trabajo en once comunidades autónomas (Andalucía, Baleares, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Canarias, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid, País Vasco y Principado de Asturias).

Como centros de producción propios de San Miguel, la cervecera cuenta con fábricas en Málaga, Burgos y Lérida. La marca cuenta con una larga tradición en la capital de la Costa del Sol, donde produce desde 1966.

Inversión de 3,7 millones

San Miguel siempre ha puesto mucho énfasis en su arraigo con Málaga. Aunque el cambio de sede social se engloba dentro de un movimiento jurídico, viene acompañado de una profunda carga simbólica que deja intuir que la apuesta por Málaga es decidida. Así lo reflejan también las últimas inversiones que ha realizado San Miguel en 2016 en su planta de Málaga. Comparado con el ejercicio anterior, el desembolso ascendió en un 76,2%. En cifras, la inversión ascendió hasta los 3,7 millones de euros y sirvió para afrontar 31 proyectos de mejora entre los que los destaca una lavadora de botellas que reduce el consumo de agua y energía, y la mejora de la comunicación interna. También destaca la inversión en la vida cultural.

La fábrica de Málaga, que cuenta con una superficie de más de 60.000 metros cuadrados, tiene una capacidad productiva de 2,5 millones de hectolitros al año. Para ello, cuentan con una plantilla directa de unas 125 personas. Mahou San Miguel tiene ocho centros de elaboración, de ellos tres están en Andalucía siendo la fábrica costasoleña la que más produce. Acoge Alhambra, Mahou y San Miguel produce el 70% de la cerveza española que se consume en el mundo estando presente en más de 70 países.

La situación de incertidumbre en Cataluña se ha traducido, de entrada, en este cambio de sede social. De prolongarse las tensiones en el tiempo o ante una formalización de la independencia y una posible exclusión de Cataluña de la Unión Europea, Málaga ha confirmado el peso que tiene para San Miguel.