La detención, a finales de noviembre de 2016, de un histórico entrenador del fútbol base malagueño, que dirigió a equipos de categorías inferiores del Málaga Club de Fútbol, el Antequera CF y el Club Deportivo Rincón, causó una gran conmoción, porque entre las supuestas víctimas de los delitos de abuso y corrupción se contó, al menos, casi una veintena de niños (última cifra comprobada). Ahora, su defensa ha pedido que sea excarcelado, pero la Audiencia lo rechaza alegando, entre otras razones, que puede volver a delinquir.

«Frente a lo que se dice en el recurso, es patente también el peligro de reiteración delictiva, en cuanto a los hechos objeto de investigación han venido repitiéndose durante un largo periodo de tiempo en distintos clubes deportivos, pese a que el investigado fue (según las declaraciones obrantes en autos), expulsado de algunos de estos equipos», aclara la Sección Novena, que rechaza las alegaciones y mantiene al entrenador, de 45 años y muy conocido en el fútbol base, entre rejas, al menos por ahora.

Recuerda la Sala que los delitos investigados consisten en «abusos sexuales a menores de edad», un «número importante» de niños que el «investigado entrenaba para la práctica del fútbol». «También consisten los hechos en la exposición a estos menores y a otros de imágenes, comentarios y material de contenido pornográfico», subrayan los magistrados, que ven «indicios muy importantes para atribuir la autoría de estos hechos al hoy recurrente». Se refiere la Audiencia a los indicios surgidos de las declaraciones de las víctimas, conversaciones a través de las redes y conversaciones extraídas de su móvil.

«Esta conducta se ha prolongado en el tiempo durante cinco años, cuando algunos de los niños tenían entre once o doce años, y se ha cometido de manera continuada con algunas víctimas y, ocasionalmente, con algunos de los niños», afirman los magistrados, que añaden que la pena asignada a estos comportamientos es cercana a los 20 años de cárcel y ello sin computar la corrupción de menores, «cuya pena considerando la continuidad por sí sola podría exceder los tres años».

«Gravísimo peligro de fuga»

Ve la Sala un «gravísimo peligro de fuga y este peligro, dada la envergadura del castigo, no se ve disminuido por el transcurso de un año» que lleva el encausado entre rejas. Es más, la reiteración delictiva se da desgraciadamente «con habitualidad en conductas como las que son objeto de este procedimiento».

La defensa alegó que el entrenador colaboró con la Administración de Justicia, lo que la Sala no cree, pues «sólo cuando fue detenido reconoció alguna conversación de las que había mantenido con menores, pero hasta ahora ha negado los hechos dentro de sus legítimos derechos y, de facto, sólo la concienzuda investigación policial ha conseguido que afloren gran cantidad de víctimas que eran desconocidas al inicio del procedimiento», agrega la Audiencia Provincial en el auto, fechado el 9 de octubre de este ejercicio.