Un auditorio completamente lleno y mayoritariamente favorable suele ser bien aprovechado por quien ostenta la palabra. Y en esta ocasión, el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, no quiso que fuera una excepción. Ayer participó como protagonista en el Foro Nueva Economía, celebrado en el Gran Hotel Miramar. En su discurso, Sanz aprovechó para recordar los compromisos en inversiones del Ejecutivo central con Málaga, entre los que destacan 220 millones de euros para el aeropuerto y otros 42 para construir el acceso norte.

También la redacción del proyecto del bypass de Almodóvar del Río por 32 millones de euros. O el estudio informativo para ampliar alternativas del trazado del Cercanías hasta Marbella, un proyecto históricamente demandado.

Al fin y al cabo, según Sanz, la Delegación del Gobierno tiene que ser un instrumento útil, que no actúe como oposición. Sanz fue presentado por la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Presidencia y para las Administraciones Territoriales, Soraya Sáenz de Santamaría.

El delegado del Gobierno situó a Málaga como modelo para propiciar la modernización de Andalucía e hizo un repaso de los avances logrados en los últimos años en la capital y la provincia, «de la mano de Francisco de la Torre y Elías Bendodo». Ambos asistieron al foro, junto a otras autoridades y destacados representantes políticos, empresariales, militares, sindicales o de los medios de comunicación.

En una legislatura «tan compleja» es necesario llegar a acuerdos y llevar a cabo una «acción política inteligente». Debería estar presidida por «la cooperación y el diálogo para alcanzar acuerdos y buscar soluciones», y mostró su convencimiento de que el presidente del PP-A, Juanma Moreno, «es la persona idónea para liderar ese cambio en Andalucía».

Por su parte, Soraya Sáenz de Santamaría anunció que el Gobierno de España está dispuesto a negociar con el PSOE un nuevo modelo de financiación autonómica porque, desde su punto de vista, es el «momento económico idóneo» para consensuarlo. Pero para ello es imprescindible, según dijo, que exista «capacidad de cooperación y voluntad» por parte de la formación que a nivel nacional lidera Pedro Sánchez.

Durante su intervención, la vicepresidenta del Gobierno reconoció que la comunidad autónoma andaluza «merece una nueva financiación» porque tiene una «que no es la del modelo del PP». De hecho, admitió que si en su día el Gobierno no la apoyó, «ahora queremos cambiarla por consenso». De hecho, insistió en que el Gobierno de Mariano Rajoy tiene esa voluntad, pero supeditó cualquier cambio a que tanto las comunidades autónomas como los partidos políticos también estén dispuestos.

Todo se basa, desde su punto de vista, en la «lealtad institucional», sobre todo en un país «tan descentralizado». «Consiste en tener conciencia de que nuestras decisiones, aunque sean de ámbito local o autonómico, influyen en todos los demás», explicó la vicepresidenta del Gobierno. «Es ese pegamento que permite hacer muchas cosas si todos gestionamos en nombre de los españoles y de España», sentenció.

Antonio Sanz, por su parte, se mostró partidario de trabajar para construir «más consensos, más cooperación, haciendo más España desde Andalucía y procurando la unidad de acción entre Estado».