«El agua salía como la espuma de una lavadora», cuenta José Luis Delgado, un vecino del barrio de Miraflores del Palo, que desde ayer está sin agua al igual que sus vecinos. «Estar sin agua me supone un problema bastante grande, pero tenemos miedo a que pudiera haber sido peor», expresa José Luis, que asegura que teme que el pozo, situado en la calle Pintor Enrique Florido, «tenga una seguridad que no es la adecuada y pueda entrar quien quiera y verter lo que quiera». Al igual que José Luis, Laura Bellido, otra vecina, también teme que esta situación se repita, pero con «algo más peligroso» y que no sea «tan llamativo como la espuma».

Los vecinos, que fueron avisados desde las doce de la noche hasta las tres de la mañana puerta a puerta por la Policía Local, se encuentran sin agua y sin poder realizar las tareas básicas del día a día. «Ahora han cortado el suministro, no sale nada, y en mi bar, no puedo servir café, ni infusiones y tampoco puedo lavar los platos ni ofrecer aseo al público, está siendo un día con muy poca clientela», asegura Miguel. En su caso es su negocio es el que se está viendo afectado. «En casa no he tenido ningún problema, mi suministro sí es de Emasa, sin embargo el del bar es a través del pozo», añade preocupado.

Además, la entidad urbanística de conservación del barrio repartió circulares por toda la zona afectada en los que se explicaba a los ciudadanos que el suministro sería cerrado hasta averiguar qué sustancia había sido vertida para tomar medidas de salubridad y «reestablecer así lo antes posible el suministro» con «las máximas garantías».

En el caso de Pilar Salcedo, la noticia le llegó a través del mensaje de texto que uno de sus vecinos le envió. «Nosotros ahora estamos utilizando el agua de la piscina para, al menos, aclarar la suciedad de los platos al comer, pero no tenemos nada de agua», explica la joven, que cuando comenzó a salir espuma del grifo de su cocina pensó «que era un problema que solo estaba ocurriendo en mi casa». Al igual que ella, Cristina Pérez tampoco tiene con qué abastecerse. «La verdad es que al estar trabajando, tengo que pasar tiempo fuera y no me he enterado hasta esta mañana, pero cuando mi hijo salga del entrenamiento me lo tendré que llevar a casa de algún familiar para que pueda asearse al igual que el resto de la familia», destaca Cristina.

Francisco Javier Escoto, otro vecino de la calle Francisco Gullón, fue uno de los afectados que llamó a la policía. «Sobre las ocho y media de la tarde abrí el grifo y el agua salía como la leche de blanca y con espuma. Decidí llamar a la policía pero ellos tampoco sabían entonces qué había sucedido», expresa Francisco Javier. Ahora, este vecino puede acceder al agua de un pequeño terreno que tiene alejado de la zona afectada. «Llevo todo el día intentando traer y llevar agua desde mi terreno hasta casa a través de garrafas, pero espero que la solución se arregle pronto», indica Escoto. Por su parte, Mercedes Gómez apunta que «no nos han avisado de nada aún, no tenemos agua y tampoco nos han avisado de cuándo volverá el suministro, pero espero que sea pronto, más de dos días así nos va a suponer un problema a todos los vecinos».

Tras el análisis del agua contaminada, se detectó la presencia de un producto denominado Lauril éter sulfato sódico.Éste tiene la apariencia de un líquido amarillento, un poco pastoso y se encuentra en numerosos productos de aseo personal, como los geles de duchas, jabones de manos, champús y pasta de dientes, gracias a que es muy efectivo para generar espuma y su bajo precio. No es tóxico pero, por el momento, los vecinos de Miraflores deben esperar para volver a tener agua.