Mahos-Amares, la asociación que aglutina a los hosteleros malagueños, celebró ayer en el Mercado de la Merced su asamblea para abordar un problema que les preocupa mucho: la posible declaración de zona acústicamente saturada del Centro Histórico de la capital. Ello supondría la posibilidad de que el Ayuntamiento no dé más licencias para bares y restaurantes durante un año, entre otras medidas. Los hosteleros, de cualquier forma, mantienen una postura muy tendente al diálogo y ayer, aunque no se llegó a una conclusión porque se trató de un foro informativo, la sensación general fue una: hay que llegar al consenso con el Consistorio para ordenar el corazón de la ciudad y tratar de alcanzar un acuerdo.

José Simón Martínez, portavoz de los hosteleros, aseguró que se trató de una reunión informativa para marcar las líneas de actuación que van a seguir en los próximos meses. En el próximo encuentro sí se fijará postura. «Entendemos que hay que rebatir el tema de zona acústicamente saturada. Sería un problema para la Feria y para el Centro», dijo. De cualquier forma, más que una posible moratoria en la concesión de licencias, les preocupan otros aspectos como el hecho de que recorte el horario de terrazas en dos horas, lo que sí haría daño en su línea de flotación económica.

«Debería articularse la medida que menos oposición encontrara. Vamos a intentar tener un diálogo y ver si hay acuerdo. Somos conscientes muchos de nosotros de que el Centro tiene un problema de saturación de negocios hosteleros y que necesitamos servicios complementarios como comercios, etcétera... pero hemos de hablar. En la asociación hay mesas de trabajo dedicándose a analizar el asunto y establecer una posición al respecto», reflexionó Martínez, quien insistió en que aún no hay una postura unánime en el colectivo, a la que llegarán, por cierto, con el paso de las semanas y nuevas reuniones. «El problema es que no hay una solución clara. Estamos estudiando lo que se ha hecho en otras ciudades», declaró.

También se explicó a los hosteleros, tal y como planteó el Ayuntamiento, la posibilidad de volver al sistema de recogida de residuos orgánicos puerta a puerta, lo que supondría retirar los contenedores, soterrados o no, del Centro y dejar una mínima presencia de ellos. Así, la basura se recogería por vehículos eléctricos de Limasa dos, tres veces o incluso en más ocasiones al día, en este caso si el hostelero lo demanda y lo paga. Esta misma idea se quiere llevar a cabo con los vecinos, unos 1.600, que viven en el corazón de Málaga. Ahora se va a hacer una encuesta con los hosteleros para ver qué hora es la mejor para recoger estos residuos y luego se hará un protocolo. Con los vecinos se actuará de la misma forma. Se plantea poner un contenedor en el portal al que puedan bajar la basura durante media hora al día, por ejemplo. En relación a esto tampoco hubo decisión.