En Málaga, son 85 personas las que viven actualmente en la calle. Así lo desveló este jueves Cáritas Diocesana de Málaga en la presentación de su campaña Somos personas, tenemos derechos. Nadie sin hogar, con motivo de la celebración del Día de las Personas sin Hogar, este domingo día 26.

En lo que va de año, en Málaga han sido atendidas en el Centro de Atención a Personas sin Hogar Puerta Única 1.512 personas, mientras que la unidad de calle ha prestado atención a 680 personas. Otras 464 personas han sido derivadas a alojamientos y las plazas disponibles de acogida en los centros malagueños ascienden a 243.

Cáritas, además, destacó la aportación del centro de acogida nocturna Calor y Café, que ha acogido a una media de 21 personas por noche e incidió en que el 30,7% de las personas atendidas entraron en recursos residenciales de larga estancia e iniciaron procesos formativos y de mejora personal, de cara a su inserción social. Asimismo, resaltan la mejora en la calidad de la atención gracias a la coordinación en el trabajo en red desde la Agrupación de Desarrollo para PSH.

«Hay 243 plazas, y hay 85 personas que duermen al raso todas las noches. Redondeando, necesitaríamos llegar a las 330 plazas porque hay personas que no han podido acceder a ellas aún», aseguró el director de Cáritas, Francisco José Sánchez, quien indicó que, aunque se ha reducido el número de personas que duermen en la calle con respecto al año anterior, cuando había más de 100 personas, «la dignidad de 85 personas sigue estando a la intemperie y necesitamos esas plazas para poder cubrirlas».

El Ayuntamiento de Málaga, reconoció Sánchez, «está apostando por este ámbito, pero tendríamos que idear fórmulas para encontrar más plazas», dijo. En este sentido, el concejal de Derechos Sociales, Julio Andrade, informó de que el Consistorio destina 3,3 millones anuales a la atención de las personas sin hogar. Sobre los atendidos, Andrade indicó que de 725 personas, la mayoría, son españoles; 263 personas de la UE, y 53 son de otros países.

Las circunstancias, incidió el edil, son «muchas y muy diversas». Entre ellas, la principal es la inserción laboral, por cuyo motivo se ha atendido a 603 personas. Seguida de las adicciones , la enfermedad mental, familias sin hogar, personas mayores, mujeres maltratadas, y jóvenes tutelados, entre otros colectivos.

José Gregorio Porto es una de las personas acogidas por el centro San Juan de Dios. «Yo tenía una familia y una carrera universitaria, pero por la adicción al alcohol que desarrollé lo perdí todo», explicó tras incidir en que «ahora estoy buscando empleo, pero antes he necesitado un año y medio para superar mis problemas: el de adicción y el de no saber hacer bien las cosas». Así, Porto insistió en que tuvo que «tocar fondo» para pedir ayuda y, actualmente, tras ese proceso de adaptación, ha recuperado a su familia.