La Fundación Ciedes presentó ayer su estrategia Málaga 2020, basada en el diagnóstico hecho por dieciséis grupos de trabajo prospectivo que han analizado todos y cada uno de los aspectos básicos en los que crecerá la ciudad en ese horizonte: Málaga de la Cultura (capital internacional de la cultura, capital turística internacional, Málaga Creativa, Málaga Educadora), Málaga del Conocimiento y la Innovación (Málaga Innov@, competitividad y empleo-reindustrialización, metrópoli aeroportuaria); Málaga litoral y sostenible (movilidad sostenible, Málaga, vida saludable), Málaga integradora e integrada (integración del Guadalmedina, gobernanza local, Málaga diversa y Málaga integrada barrio a barrio con la metrópolis). Las soluciones son muchas y ambiciosas, pero hay un aspecto en el que los expertos coinciden: hay que exportar el modelo del Centro (no en el sentido residencial, sino en el cultural y el turístico) a los barrios. Otros retos son crear la «Málaga ciudad internacional de la cultura» y, mientras que se adjudica el Plan Especial del Guadalmedina, ahora en redacción, hacer una serie de actuaciones en el río para que los ciudadanos puedan volver a sentirse orgullosos de un cauce considerado como una cicatriz.

Así, se proponen casi un centenar de medidas para todos los distritos de la ciudad, aunque sobresale la filosofía de «apostar por un desarrollo más policéntrico de la ciudad en los próximos años, dando mayor protagonismo a los barrios y a los distritos», así como «potenciar la cultura en los barrios como elemento que tiene una capacidad de mejora de la convivencia, de la integración social y de mejora del sentido de pertenencia malagueño»; la necesidad de invertir en dotaciones y servicios en los barrios y favorecer su relación con el entorno metropolitano, incidiendo en aspectos tales como «servicios vinculados a la sostenibilidad, la actividad económica, el acceso a la sanidad y la salud, así como la movilidad».

En la Málaga de la cultura, se desarrolla esta idea de llevar museos a los barrios: «Para descentralizar la cultura, el primer paso necesario es realizar un buen mapa de equipamientos y espacios para actividades culturales, así como crear una red de museos de barrio (como en Medellín o Pamplona), donde se pueden realizar actividades propias del barrio. En este sentido, Málaga cuenta con una red de bibliotecas de barrio y de centros polivalentes, pero se podría sacar más partido potenciándolas y convirtiéndolas en elementos difusores de la cultura de la ciudad en los mismos». La idea es establecer un diálogo con las infraestructuras culturales de primer nivel.

El grupo número cuatro de trabajo se ha centrado en los distritos Centro, Este y Teatinos. Consideran estos expertos que uno de los problemas del corazón de la ciudad es la actividad turística creciente y la tendencia a la concentración, por lo que lo primero que se propone es «descentralizar la actividad turística hacia otros puntos de la ciudad», así como la cultura. Entre las medidas que se proponen para estos tres distritos destacan: potenciar empresas de energías limpias, crear viveros de empresas, ordenanzas de control de hostelería y «aplicar con rigor» la existente; recuperar el inmueble de Lope de Vega como espacio cultural, crear espacios culturales en la zona Este, ampliar la red de bibliotecas, potenciar el comercio tradicional y rehabilitar inmuebles ruinosos, entre otros.

En Carretera de Cádiz, por ejemplo, se propone concluir el metro a la Alameda, implantar restricciones horarias a la circulación de camiones de gran tonelaje, nuevos aparcamientos, el mercado de Huelin, compatibilizando usos residenciales con los ciudadanos.

En Bailén-Miraflores, por ejemplo, se pide un plan de vivienda, el soterramiento del metro y la recuperación para el uso ciudadano del Guadalmedina; en Puerto de la Torre, recuperar la piscina municipal, carriles bici y un centro de día; en Churriana se pide la implantación de la ciudad aeroportuaria y un polideportivo y en Campanillas la extensión del suburbano al PTA, entre otras muchísimas medidas.

Las conclusiones son casi inabarcables, pero otra de las ideas es extender el uso de la bici y de los carriles específicos un 10%, hacer un museo del patrimonio-arqueología industrial, otro de la cerámica y recuperar los lagares de los Montes de la Ciudad, así como aumentar la participación ciudadana y hacer de la ciudad una smart destination.