Apenas el 15% de los pacientes que se operan en los hospitales de España se les monitoriza la temperatura cuando se someten a una operación quirúrgica. O lo que es igual, sólo en poco más de uno de cada diez casos existe un "control total" de la prevención de la hipotermia perioperatoria. Ésta es una de las conclusiones principales extraídas de la intervención del doctor Miguel Miró, jefe de Anestesiología del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid) y ponente en la mesa de 'Excelencia en el Manejo de la temperatura del paciente quirúrgico' de la 62 Reunión Anual de la Asociación Andaluza-Extremeña de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor (AAEAR), que se celebra desde ayer en Málaga y que ha congregado a cerca de 300 especialistas en esta especialidad médica.

Partiendo de la premisa de la normotermia -situada en torno a los 36 grados de temperatura-, el facultativo del centro madrileño ha destacado cuestiones "básicas que deben tenerse en cuenta cada vez que se entra en quirófano". Así, el doctor Miró se ha referido a aspectos clave como el hecho de que la anestesia acarrea un descenso de la temperatura en el paciente, la exposición a una temperatura ambiental en este espacio hospitalario que oscila entre 18 y 21 grados y que el propio paciente recibe líquidos frío, como es el caso de los sueros.

Ha resaltado en este sentido la importancia que tiene mantener la "normotermia" para que, entre otras cuestiones, "la sangre coagule bien y funcionen los órganos correctamente". De hecho, ha indicado algunos de los efectos negativos que puede desencadenar un incorrecto control de la temperatura en una intervención. Existen riesgos de infección del sitio quirúrgico, coagulopatías, cardiopatías, prolongación y alteración del efecto de la anestesia, prolongación de la estancia en UCI, temblor e incomodidad térmica y aumento de la mortalidad.

Ante esta situación y el "déficit" que presenta España en este sentido, el doctor Miró ha señalado en esta mesa del congreso -en la que también han participado la doctora Guiomar Fernández, del Hospital Virgen del Rocío (Sevilla)-; Antonia Delgado, del Hospital Regional de Málaga; y, en calidad de moderadora, la presidenta del comité organizador de este encuentro científico, la doctora Encarnación Cuéllar- la necesidad de "implementar estrategias para controlar la temperatura, ya que es una medida coste efectiva". No en vano, a falta de un estudio específico en España, ha dado a conocer el dato del sistema británico público, que ha calculado un ahorro de 21,6 millones de libras gracias a la monitorización de la temperatura.

Dolor postoperatorio

No ha sido, sin embargo, el único capítulo interesante que ha tenido cabida hoy en la 62 Reunión Anual de la AAEAR. Otra de las mesas se ha ocupado del 'Dolor agudo postoperatoria'. En este espacio científico han participado los doctores José Antonio Reinaldo (Hospital Costa del Sol, de Marbella), Fernando Caba (Hospital Universitario Nuestra Señora de Valme, de Sevilla) y Josefa Luisa Ortega (Hospital Universitario Puerto Real) y la moderación del doctor Luis Miguel Torres, del Puerta de Mar de Cádiz.

Los especialistas que han intervenido en esta mesa han puesto de manifiesto los déficits detectados en esta materia. Así, según los datos aportados por el doctor Reinaldo, apenas ha habido cambios a este respecto "en los últimos 20 años". Ha facilitado datos extraídos de diversos estudios realizados como que en torno al 10% de los pacientes sufren un dolor severo postoperatorio y que esto es además "causa común de retraso en el alta hospitalaria". También se ha referido a que entre un 10 y un 50% sufren "dolor un año después". "A pesar de las mejoras en fármacos y técnicas las encuestas dicen que aún no tenemos un buen control del dolor postoperatorio", ha resaltado el doctor Torres.

Otro de los asuntos que han cobrado protagonismo en esta segunda y penúltima jornada del congreso ha sido la mesa debate sobre la gestión pública y privada del área quirúrgica, que ha corrido a cargo del doctor José Antonio Medina, gerente del Hospital Virgen de la Victoria; y el doctor Tomás Urda, gerente del Hospital Quirón (Málaga), que han ofrecido su visión y experiencia sobre la gestión pública y privada, respectivamente.