Los niños y niñas malagueños que realizan deporte en las pistas deportivas de sus colegios, fundamentalmente balonmano y baloncesto, podrán entrenar de ocho a diez de la noche sin miedo a que sus clubes sean denunciados por exceso de ruido por algunos vecinos. La Junta de Gobierno Local ha aprobado esta mañana que el Consistorio va a firmar el convenio de cooperación con la Junta de Andalucía para el uso de estas instalaciones por las entidades deportivas fuera del horario estrictamente escolar. En concreto, estos pequeños podrán entrenar de ocho a diez de la noche.

No será de forma inminente, aunque los plazos son breves, según ha explicado el portavoz del equipo de gobierno, Carlos Conde, en rueda de prensa. Una vez ratificado por la Administración local el convenio, ahora hay que hacer el acto de la firma, que se convocará de forma oficial. Luego habrá de convocarse la comisión de seguimiento del acuerdo, que tendrá que elevar la propuesta de adenda, que deberá aprobar la Junta. Esa adenda permitirá precisamente la cesión efectiva de las pistas a los clubes por parte del Ayuntamiento. Conde no ha querido hablar de plazos pero sí ha explicitado que será un periodo breve.

Esta decisión afecta fundamentalmente a siete centros: los colegios de educación infantil y primaria Ramón del Valle Inclán, Hans Christian Andersen, Pintor Félix Revello de Toro y Rectora Adelaida de la Calle y los institutos Ben Gabirol, Litoral y Ciudad de Melilla.

En dicho documento, consensuado con la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía, se recoge que este organismo ostenta las competencias de los colegios de educación infantil y primera, de los centros específicos de educación especial y de los institutos de educación secundaria y que los ayuntamientos pueden utilizar estos fuera del horario lectivo, para la realización de actividades educativas, culturales, deportivas u otras de carácter social. Ante la existencia en Málaga de entidades y clubes deportivos que emplean o solicitan la utilización de las instalaciones deportivas y recreativas de los centros mencionados, fuera del horario escolar, el Ayuntamiento decide intervenir. El convenio incluye extender el horario de uso de 20.00 a 22.00 horas y que el Ayuntamiento firme después acuerdos con los clubes para su cesión, siempre que presenten el proyecto deportivo para cada centro docente; estas entidades asumirán las obligaciones del Consistorio.

Acuerdo

La duración del acuerdo será este curso escolar y se puede prorrogar mediante acuerdo de las partes, como máximo, para cuatro cursos sucesivos. Por cada prórroga, se tendrá que repetir el proceso de autorización de los proyectos de uso de las instalaciones de cada curso escolar.

Conde ha señalado, en la rueda de prensa dada en la sala destinada al efecto en el Ayuntamiento, que este convenio "soluciona la falta de seguridad jurídica de los clubes deportivos en el uso de las instalaciones" y que la tramitación ha sido "exprés", ya que los distintos departamentos municipales han realizado de forma muy rápida los informes jurídicos. "El Ayuntamiento ha trabajado codo con codo con la Junta de Andalucía; hubo un momento de bloqueo, pero la reunión entre la concejal de Deportes, Elisa Pérez de Siles, y la delegada de Educación, Patricia Alba, a la que asistí yo mismo, fue productiva y pudimos resolver y aclarar los límites jurídicos, porque la intención era la de resolver un problema", ha dicho.

"Este es sin duda un buen ejemplo de colaboración institucional. Cuando hay voluntad de acuerdo se puede zanjar un problema que afectaba a muchas familias. De una forma eficaz y rápida devolvemos la tranquilidad a los deportistas. Ayuntamiento y Junta tenemos que felicitarnos porque en este caso anteponemos cualquier postura política al interés de los malagueños", ha asegurado Conde.

El alcalde, Francisco de la Torre, ya aseguró hace unas semanas que el Ayuntamiento de Málaga no miraría para otro lado con este problema e, incluso, el municipio ha sufragado pantallas para reducir el ruido en los colegios, después de que varios vecinos pusieran demandas por el exceso de decibelios.