Rosa Francia, la mujer del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, terció ayer, y ya van dos, en la polémica sobre si su marido repetirá como candidato a la alcaldía de la capital en 2019 o, por el contrario, ha de ser el presidente de la Diputación y del PP malagueño, Elías Bendodo, el que debe encabezar la lista. Si en diciembre de 2016 dijo en un programa de la Cope «A mí me ha dicho claramente que no tiene intención de presentarse», ayer, a preguntas de la periodista Mónica Pérez en el programa La Mañana de Cope Málaga, respondió: «No se lo perdonaría». No le perdonaría, claro está, que se presentase de nuevo.

Aunque el tono de la conversación era informal y hasta divertido, a Francia le pusieron las declaraciones que el alcalde hizo el miércoles en las que volvió a bailar con la ambigüedad una danza que dura ya varios años: «Lo más natural es no volver a presentarse» y, al instante, sentenció: «Dejo abierta la posibilidad en el caso de que se vea oportuno». Elías Bendodo, por su parte, dijo el mismo día que el PP respetaría la decisión del alcalde. Es decir, que los dos están jugando el tipo de partida que le gusta a De la Torre.

El partido respetará la decisión de De la Torre (quieren dar los nombres de los candidatos a las grandes capitales en la próxima primavera), pero su mujer no la perdonaría. Preguntada por la conductora del programa: «Rosa Francia le perdonaría a su esposo que no le dedicara la última etapa de su vida a ella, a su familia?», Francia contestó: «Eso es harina de otro costal, está clarísimo, no se lo perdonaría». Y argumentó su postura: «Una cosa es la obligación que él tiene respecto al partido y otra cosa la obligación que tiene conmigo».

"No es cuestión de morir con las botas puestas"

Además, la presentadora le recordó que el 21 de diciembre De la Torre cumple 75 años y que, por tanto, alcanzaría los ochenta como regidor. «No es cuestión de morir con las botas puestas, creo yo», declaró Francia. Luego, el tono del debate fue abiertamente irónico y festivo, aunque antes Francia había jugado, como su marido, a la ambigüedad calculada. Tras escuchar las declaraciones del regidor, señaló: «La parte espontánea es cuando dice que está convencido de que es el momento oportuno para no seguir». Y continuó: «Ahí se le ve el aspecto disciplinado de hombre de partido, es cierto que debe dejar toda la iniciativa y toda la responsabilidad al partido. El partido es el que tiene que decidirlo, no él. Él les dice ustedes son los que mandan, yo creo que es el momento de marcharme pero si ustedes me piden que siga, seguiría».

En diciembre del año pasado, casi por Navidad, ya dijo en el mismo programa: «A mí me ha dicho claramente que no tiene ninguna intención de presentarse».

«Lo natural es en que a esta edad y en estas circunstancias no se presente más», reseñó Francia, aunque insistió en que hay veces que no «se puede decir radicalmente que no».

De cualquier forma, esta polémica de años se resolverá antes de Semana Santa, si se cumplen los tiempos que se ha dado el PP a nivel nacional. Ya dijo en este periódico el alcalde que los malagueños le piden que siga. Habrá que ver si se lo pide su partido.