El pacto de las líneas rojas. Su rúbrica, que permitirá desatascar el principal mojón que tenía en el camino final de su vida política el alcalde, Francisco de la Torre, llamado Limasa y aprobar unos presupuestos para 2018 que le permiten al alcalde seguir vanagloriándose de una gestión económica impecable, ha sido posible gracias al trabajo discreto y reservado a la par que eficaz de dos hombres de confianza del alcalde que ha encontrado en ellos la fidelidad y firmeza en sus obligaciones, en unos momentos en que también está encontrando la desafección política en otros miembros de su equipo de gobierno. También ha sido posible gracias a la firmeza y constancia del portavoz de Ciudadanos Juan Cassá en mantener sus cuatro líneas rojas y la astucia en aplicar la flexibilidad necesaria en el momento oportuno. También aquí su equipo asesor ha sido más que clave. La crónica muestra la reconstrucción de como se gestó el pacto, según las fuentes de unos y otros.

Nada se movió prácticamente en los dos meses siguientes a que Cassá anunciara, allá por el 8 de septiembre, su póquer de exigencias para dar su okey a las cuentas de 2018. Es el tiempo que ha tardado el alcalde y su concejal de Hacienda, Carlos Conde en darse cuenta de que los naranjitos no iban de farol.

De esas cuatro exigencias: desbloqueo del conflicto de Bomberos, impulso real al plan forestal de Gibralfaro, tomar una decisión sobre el modelo de Limasa, fue este último el primero en encontrar una solución a la que se llegó a mediados de octubre. Aquí fue clave que Ciudadanos expresara su intención de no tocar el plan general. Después fue el equipo de la Gerencia de Urbanismo el que trabajó para presentar el escenario que finalmente ha resultado factible. Mas metros de verde, pero separado del resto pues irán al otro lado del bulevar y mantener tal cual el PGOU, lo que supone que las torres quedan ahí, aunque en suspenso, esperando tiempos inmobiliarios mejores, con el riesgo de que nunca lleguen.

Repsol ha sido el acuerdo que más horas de trabajo y mas reuniones se ha llevado, pero no el más complejo de resolver.

Limasa a gusto del PP

La segunda exigencia en resolverse fue la de Limasa; hace tres semanas. Sin duda la clave de bóveda de todo este entramado negociador. Aunque el alcalde ha estado un año haciendo defensa de la municipalización de la empresa, finalmente ante su escasa capacidad para convencer de ello a sus concejales, mas proclives a privatizar el servicio, se ha unido a ellos. La propuesta, tal como ha quedado finalmente aceptada, ha venido de la mano del PP que es quien la ha urdido. El partido se la ha impuesto a De la Torre y este la ha aceptado como mal menor, y sin rechistar ni oponer resistencia. Ciudadanos no ha tenido mucho problema en aceptar la fórmula que no es la suya, pero se acerca.

Los últimos días han sido para perfilar y ajustar bien la fórmula, especialmente en lo referente a la creación de una empresa pública que se encargue de gestionar la recogida de basura. Todo el trabajo político ha estado en manos de Carlos Conde, ante el inmovilismo del concejal responsable de Limasa, Raúl Jiménez, Conde ha sido el que ha viajado a Madrid para despejar ante la Dirección General de Función Pública los pormenores y la letra pequeña necesaria para crear esa empresa pública.

El impulso para avanzar en la reforestación de Gibralfaro, una de las apuestas más queridas de Ciudadano, ha sido el más fácil de resolver, una vez que el Ayuntamiento ha sacado a concurso las primeras obras , que podrán verse el año próximo. También aquí, pese a que la tarea correspondía a los concejales de Medio Ambiente y de Urbanismo, el que ha empujado para acortar tiempos y acelerar el proceso, ha sido Carlos Conde.

El conflicto de los Bomberos ha sido el más complejo y difícil de encontrar una solución que satisficiera a Ciudadanos. Llegó por el compromiso de aumentar la partida presupuestaria que permita renovar equipo, maquinaria y otras prestaciones de los bomberos, y forzando la reunión de la mesa técnico que debe estudiar un nuevo reglamento. Nuevamente el trabajo político para fraguar esta solución ha sido del edil de Economía, mientras que el responsable, Mario Cortés, estaba «en otras cosas», señalan esas fuentes.

Al inicio de esta crónica mencionamos el trabajo singular llevado en esta negociación por dos hombres de confianza del alcalde que han sido, por la parte del equipo de gobierno, los artífices de este pacto de las líneas rojas, los que lo han hecho posible, apuntan de manera inequívoca las fuentes consultadas.

Uno, Carlos Conde, ya ha sido nombrado; el otro es Manuel Jiménez Rodríguez, coordinador general gerente del Ayuntamiento, que ha pilotado y coordinado todo el trabajo técnico necesario para culminar con éxito los acuerdos. Amigos y no amigos señalan que Jiménez reúne con creces los requisitos para ser el gran hombre de confianza del alcalde. Discreto, reservado, prudente, con fidelidad probada a los intereses municipales y finalmente, eficaz.

Al otro lado Cassá ha contado también con un reducido y muy eficaz equipo técnico que, sin contar con los medios que tiene el equipo de gobierno, ha aportado soluciones capaces y factibles.