El mayor traficante de cocaína del norte de África ha sido detenido tras una investigación que ha permitido desmantelar una organización familiar asentada en la Costa del Sol. Tal y como adelantó este diario el pasado 18 de noviembre, la operación ha culminado con la intervención de una tonelada de cocaína en el puerto de Algeciras y la detención de once personas entre las que hay un policía nacional de Estepona. Además de la droga, se ha localizado 180.000 euros en efectivo, 200.000 euros en joyas, 15 vehículos, dos pistolas y diversos dispositivos de geolocalización e inhibidores de frecuencia. Los investigadores han bloqueado 57 inmuebles por valor de siete millones de euros y más de dos millones de euros en cuentas bancarias.

Según ha informado hoy la Dirección General de la Policía, el grupo estaba integrado por miembros de un clan familiar cuyo líder, de 72 años y oriundo de Marruecos pero asentado en Málaga, utilizaba el flujo comercial de una de sus empresas para transportar la droga desde Sudamérica oculto en cargamentos de piñas con la ayuda de sus cuatro hijos y dos yernos. En uno de los envíos, procedente de Costa Rica, encontraron cocaína prensada en cilindros recubiertos de cera de color amarillo y escondidos dentro de las piñas.

La investigación comenzó en el mes de octubre del pasado año, cuando los agentes detectaron un clan familiar asentado en la Costa del Sol que había conseguido dotarse de una sólida estructura financiera sustentada a través del blanqueo de los beneficios derivados del tráfico de cocaína. Su líder fue identificado como un narco dedicado a esta actividad desde los años 70 y considerado el mayor traficante de cocaína del norte del continente africano de la actualidad. Pese a que en sus inicios se dedicaba al hachís, "con el paso del tiempo acabó dedicándose al tráfico de cocaína", han apuntado las fuentes. Las pesquisas demostraron en su actividad le acompañaban cuatro de sus hijos y dos yernos que habían conseguido una infraestructura inmobiliaria, mercantil y financiera para generar apariencia de legalidad y desviar los controles policiales y aduaneros. La organización criminal utilizaba las rutas comerciales de una de sus empresas para transportar el estupefaciente vía marítima desde Sudamérica.

Los agentes terminaron localizando varios contenedores, procedentes de Ecuador y con destino el puerto de Algeciras, y sospecharon que transportaran estupefacientes. Tras su apertura e inspección, hallaron más de 960 kilogramos de clorhidrato de cocaína ocultos en las piñas. Días más tarde, otro contenedor procedente de Costa Rica contenía más de 30 kilogramos de la misma droga. En esta ocasión el sistema utilizado era mucho más sofisticado, ya que la droga estaba prensada en cilindros recubiertos de cera de color amarillo y ocultos en el interior de las piñas. "Esta circunstancia dificultó enormemente su detección y extracción ya que fue necesaria la apertura de miles de piezas de fruta para localizar la droga", han añadido. La organización criminal se había creado una gran infraestructura inmobiliaria, financiera y mercantil con gran presencia comercial en varios países de África Occidental de la mano de importantes empresarios afincados en la costa levantina. Esta relación aportaba una apariencia mercantil que les permitía materializar su actividad delincuencial de un modo completamente opaco a la actividad policial y aduanera. "Los investigados blindaban todas sus actividades y movimientos a través de extraordinarias medidas de seguridad que incluían la utilización de dispositivos electrónicos de última generación, comunicaciones encriptadas y un continuo cambio en los vehículos utilizados en sus desplazamientos, circulando a gran velocidad en convoyes de tres y cuatro vehículos para eludir la acción policial", han abundado.

Otra de las características de la organización era su férrea estructura jerárquica. Los detenidos tenían una clara distribución temporal que abarcaba desde el establecimiento y mantenimiento de los contactos encargados de facilitar la sustancia estupefaciente en Sudamérica, la infraestructura de transporte y almacenamiento adecuada según los objetivos establecidos así como la creación y mantenimiento de una adecuada red de clientes.