La avenida Carlos Haya, una de las principales arterias de la ciudad, será denominada Camino de Antequera, en lo que no es más que la enésima vuelta de tuerca de una polémica que la ciudad zanjó hace mucho. Los vecinos, por cierto, están encantados con el cambio, pues como dice la presidenta de la asociación, Carmina Acosta, «la avenida ya se llamaba así, Camino de Antequera, así que en principio bien». Los propios vecinos, de hecho, reivindican este nombre.

El lío empezó hace ya unos años, cuando la Junta decidió suprimir el nombre del as de la aviación fascista, Carlos Haya, del hospital, que pasó a llamarse Hospital Regional. Tras la Guerra Civil, ya en los cuarenta, la vía fue bautizada como Carlos Haya, pero la Ley de Memoria Histórica, que acaba de cumplir diez años, afirma en su artículo 15: «Las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos, menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, la Guerra Civil y la represión de la Dictadura».

Así, hace apenas unas semanas Málaga para la Gente propuso en la Comisión de Cultura cambiar el nombre de Carlos Haya por el de «4 de diciembre de 1977», el día en el que el pueblo andaluz se echó a la calle para pedir un Estatuto de Autonomía y también la fatídica jornada en la que falleció el joven sindicalista malagueño Manuel José García Caparrós. El cambio de denominación salió adelante con el apoyo de todos los grupos, pero luego nadie sabía qué había votado, aunque el vídeo demostró a las claras que sí se le dio ese nombre a la avenida. Pero no hubo problema, Cs y PP lo echaron para atrás en el siguiente pleno.

Tras la polémica, anidó en algunos grupos políticos la idea de llamar a la avenida Camino de Antequera, el nombre que siempre tuvo desde finales del siglo XVIII. Se lo plantearon Cs y el PSOE, pero ha sido, de nuevo, Málaga para la Gente, la que lo propuso en la Comisión de Cultura del pasado miércoles y salió aprobado, otra vez, por todos los grupos salvo el PP, que votó en contra. Pese a todo, el cambio ya fue refrendado en el pleno. Las motivaciones de unos y otros son distintas, pero el fondo es el mismo: se está incumpliendo de forma flagrante la Ley de Memoria Histórica.

«Incumplimiento flagrante»

Como defendió Remedios Ramos, viceportavoz de Málaga para la Gente, «mantener la denominación de Carlos Haya en una avenida de nuestra ciudad supone un incumplimiento flagrante del artículo 15 de la Ley de Memoria Histórica». Carlos Haya, de hecho, fue conocido especialmente por su participación en los principales actos de guerra del Movimiento Nacional, incluidos bombardeos y ametrallamientos sobre población civil, con más de 300 servicios de guerra en los 19 meses en los que pudo combatir, hasta su muerte al impactar su avión contra otro aparato republicano, relata la edil, quien también destaca que Málaga está a la espera de un informe de la UMA para cambiar los nombres de 40 calles y que sólo se han modificado las denominaciones de las cuatro vías urbanas que se llamaban como los cuatro principales generales golpistas: Franco, Mola, Sanjurjo y Queipo de Llano.

Málaga para la Gente recuerda que esa arteria se conoce como Camino de Antequera desde 1782, «antes de que la dictadura decidiera cambiar esa denominación para honrar a uno de los aviadores de la sublevación» en los años cuarenta. En 1782, Carlos III financió las obras para conseguir que llegara agua corriente a la ciudad (el Acueducto de San Telmo) y nuevos accesos desde la capital al interior de la península, uno de ellos fue el Camino de Antequera. Desde entonces, esta vía tuvo «cuerpo y alma» e ilustres apellidos de la vida política, social, cultural y religiosa de Málaga vivieron allí.Respirar aire puro

Usted se habrá preguntado alguna vez por qué hay casas señoriales, de época, en la zona circundante a la calle Castilla y anexas, pues porque la alta burguesía malagueña hizo allí sus mansiones de verano porque se creía que se respiraba mejor alejado del mar y, además, también era más fácil tratar las afecciones respiratorias, entre ellas el asma, en esta zona. Eso ocurrió desde finales del siglo XIX hasta las décadas que van desde los años 20 a los cuarenta del siglo XIX, como ha explicado Alfonso Vázquez en algunos de sus reportajes en este periódico. Algunas de esas villas conservan un estilo regionalista o eclecticista y muchas de ellas están protegidas por el PGOU, aunque de poco ha servido esa protección pues han sido demolidas desde principios del siglo XXI, a veces a petición de sus propios dueños para poder edificar. Los vecinos, incluso, llegaron a exigir que se extendiera la protección a muchas de estas casas. Dice Málaga para la Gente que no hay problema en cambiar nombres de calles pues ello ya ha ocurrido en el pasado ( por ejemplo con la glorieta dedicada al jeque del Málaga) o, en octubre, para nominar a una calle como Guardia Civil. Asimismo, esta medida no supondrá coste alguno más allá del cambio de las placas, y no tendrá tampoco un perjuicio burocrático o económico para los vecinos o comercios, ya que durante un tiempo coexistirán ambos nombres a efectos administrativos y de Correos. En cuanto a la publicidad de los negocios tampoco, pues cuando se agoten los folletos, tarjetas y otros soportes podría ponerse el nuevo nombre en la propaganda que se encargue.Problemas del barrio

La presidenta de la asociación asegura que ese nombre es el histórico, «porque data de 1.700 y pico y los mayores, sobre todo, siguen llamando a la avenida Camino de Antequera. Aunque la fecha de 4 de diciembre de 1977 era significativa, la verdad es que no es de nombre de calle». Los problemas del barrio son lo que más preocupan a la presidenta de la Asociación de Vecinos y Vecinas del Camino de Antequera. «El acerado, el alcantarillado, los baches, lo poco cuidado que está el asfalto, la falta de iluminación y la limpieza».