Bajo el firme compromiso de fortalecer los lazos familiares y trabajar en materia de prevención, Aldeas Infantiles cuenta desde hace seis meses con un centro de día en El Palo, un lugar en el que los niños reciben la ayuda que requieren y sus familiares consiguen las herramientas necesarias para que la convivencia en casa sea más fácil.

El proyecto arrancó hace escaso medio año y ya han pasado por sus instalaciones 35 familias, de las cuales, 31 continúan, según detalla el director del centro, Antonio Rodríguez. Y es que todas las familias que llegan al centro lo hacen a través de Asuntos Sociales o el equipo de tratamiento familiar que trabaja en la zona. Estructuras familiares que se tambalean en algún aspecto y refuerzan su situación en este centro en el que se aborda la gestión emocional, la comunicación entre iguales o padres y niños, la prevención en violencia de género o el buen uso de las redes sociales, entre otros aspectos.

Aun así, los auténticos protagonistas son los niños. Las tardes se reparten en dos grupos que se alternan según los días. Los menores de entre 6 y 12 años por un lado, y los de 12 a 14 por otro. Todos los días, de cuatro de la tarde a siete y media, los menores trabajan con tres de los cuatro educadores que conforman este centro. Con ellos abordan las tareas escolares, preparan exámenes o desarrollan técnicas de estudio para que el rendimiento escolar no decaiga o mejore, en caso de que sea necesario. Además, la atención que ofrece Aldeas Infantiles de manera gratuita va un paso más allá y cuentan con una estrecha relación con los centros educativos en los que están inscritos los menores. En estos momentos trabajan con 16 centros de Primaria y Secundaria, según expone Rodríguez. Una forma de conocer de primera mano el apoyo que requiere el menor en el aulla.

Con los deberes hechos, la tarde se desarrolla entre hábitos saludables e higiénicos. Los menores disfrutan de la merienda, se lavan los dientes y se preparan para afrontar la última parte de la tarde destinada a los aspectos morales y emocionales que engloban al menor. Videojuegos, charlas, deportes, vídeos... Cualquier formato es válido para potenciar uno de los apartados en los que más hincapié hacen en el centro. Las actividades al aire libre también forma parte del programa.

Sin embargo, el trabajo poco vale si no se hace de manera integral con la familia, como señala el director y educador del centro, y para ello un educador está destinado a este apartado. Además de acompañarles de cara a las tutorías escolares y mantener un contacto directo con el colegio o instituto, la educadora también se desplaza al hogar para mantener reuniones con la familia y trabajar en conjunto.

Con un total de 46 niños de entre 6 y 14 años -ya han pasado hasta 52-, el centro tiene capacidad para asumir hasta medio centenar . Sin embargo, Rodríguez asegura que prefieren acoger mayor volumen conforme el centro vaya evolucionando. Unas cifras que han superado las expectativas que se habían creado para este primer periodo y que ahora encaran esta nueva etapa con el objetivo de asentarse un poco más en la zona. «Necesitamos más tiempo para que las familias continúen confiando. Cuanto más se abran, mayor es nuestro trabaja para poder cambiar hábitos y conductas en el núcleo familiar», sentencia el director.

Estes es el primer centro de día que abre la organización fuera de Granada y con el que ha querido agradecer a los malagueños su confianza por ser la ciudad que suma más socios.