Treinta años después de la desaparición de Colema, la mítica marca malagueña de productos lácteos vuelve a las tiendas. Lo hace de la mano de la distribuidora malagueña Quesol, que ha adquirido los derechos sobre esta firma, después de que Puleva no haya renovado el registro de la marca.

José Luis Jiménez, administrador de Quesol, explicó que han aprovechado que la nueva propietaria de Puleva, la francesa Lactalis, ha renunciado a la marca malagueña para recuperarla, conservando el mismo logotipo que la hizo muy conocida en la provincia. Desde el martes 2 de enero, los comerciales de Quesol han empezado a lucir el logotipo de la flor de Colema en su indumentaria y en sus vehículos, ofreciendo sus primeros productos, en concreto queso fresco.

"Queremos devolver a Málaga una marca que es sinónimo de máxima calidad y gran prestigio, con fuerte arraigo entre los malagueños", explicó José Luis Jiménez, quien apuntó que han eliminado la marca Quesol del queso fresco que comercializan y la han sustituido por Colema, con unas ventas que rondarán los 200.000 kilos anuales. Pero este es el primer paso, ya que está previsto ampliar los productos lácteos que se comercializarán bajo esta marca, como leche fresca, nata, mantequilla, queso semicurado y queso para sandwich, entre otros.

Un poco de historia de Colema

La marca Colema está íntimamente ligada a la memoria sentimental de Málaga y los malagueños, sobre todo porque muchos han crecido con envases de esa leche fresca y de gran calidad en los frigoríficos familiares. Esta se usaba a diario en decenas de miles de hogares malagueños. Colema significa Comercial Lechera de Málaga y fue la primera en comerciar leche envasada en botella en la capital de la Costa del Sol. Este producto comenzó a comercializarse en noviembre de 1963 y para llevarlo a todos los rincones de la ciudad contaba con una completa red compuesta por 52 lecherías, cinco tiendas y cinco supermercados. Por entonces, aún existía la costumbre de adquirir el producto a lecheros ambulantes o en pequeñas tiendas que la despachaban a granel, de forma que los clientes acudían con un envase a estos negocios familiares y volvían con la leche fresca a casa.

Claro, ello no reunía las mejores condiciones sanitarias, pero lo cierto es que nunca se escuchó que nadie enfermara por consumir el producto. De hecho, cuando Colema comenzó a vender leche envasada se encargó de hacer campañas de publicidad y promoción anunciando a las claras que todo se hacía según las normas sanitarias de esos años y que había garantías de calidad.

Como muchas de las historias de éxito empresarial en la provincia, esta no tuvo un buen final, ya que a finales de los ochenta los resultados de la compañía no eran los mejores y eso lo aprovechó la todopoderosa Puleva para hacerse con la marca por cuatrocientos millones de las antiguas pesetas. Sin embargo, es otra empresa malagueña la que recupera una marca muy querida.