«Estamos ante el fin de ciclo de Francisco de la Torre como alcalde de Málaga», explicó ayer el portavoz de Málaga para la Gente en el Ayuntamiento de Málaga, Eduardo Zorrilla. La formación realizó balance del último año en la corporación municipal, haciendo hincapié en la ausencia de proyecto de ciudad por parte del gobierno del Partido Popular.

El portavoz de Málaga para la Gente denunció «la nefasta gestión realizada por el equipo de gobierno del PP, caracterizada por la parálisis de la acción de gobierno, la inercia, el bloqueo de proyectos y la improvisación, que se han mostrado incapaz de resolver problemas básicos como la falta de limpieza o la mejora de los barrios».

Por todo ello, según Zorrilla, la ciudad necesita un cambio, que será «inevitable». Y es que, según advirtió, el proyecto de ciudad de De la Torre «es un castillo de naipes» lleno de proyectos en el aire que se pueden caer en cualquier momento. Y el único responsable de «dejar todos los proyectos estancados» es el alcalde y el Partido Popular, «con la colaboración estelar de Ciudadanos, cómplice de estas políticas».

Para Zorrilla, De la Torre «carece de proyecto de ciudad y su gestión está regida por la improvisación y la parálisis», por lo que «seguramente serán los votantes los que se encarguen de que el Gobierno coja el rumbo adecuado», de modo que «se vaya hacia una Málaga más igualitaria, que fomente el empleo, más participativa y con mejor calidad de vida».

Además, Zorrilla criticó que se insista en mantener proyectos especulativos como los rascacielos en el Dique de Levante, La Térmica o en los antiguos terrenos de Repsol, que son zonas en la ciudad consolidada saturadas de edificaciones y con graves problemas de movilidad, «a la vez que se olvidan los problemas de la gente que son muy graves, como son el bienestar social, el paro, la vivienda, el medio ambiente o los barrios, que no cuentan con las infraestructuras y equipamientos más elementales».

En este sentido, Zorrilla valoró que no se puede pretender «abandonar durante dos años y medio la ciudad, para el último año intentar arreglarlo con chapuzas».