Las bodegas malagueñas han cerrado el año 2017 con una facturación de unos 18 millones de euros, unas empresas que están saliendo de la crisis económica y que consideran que este sector tiene aún mucho margen de crecimiento no sólo a nivel local y provincial sino nacional e, incluso, internacional.

Así lo ha indicado en una entrevista con Europa Press el presidente del Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen (CRDO) Málaga, Sierras de Málaga y Pasas de Málaga, José María Losantos, quien ha subrayado que la crisis ha sido "bastante dura" pero este sector comienza a emerger. El CRDO está conformado por 46 bodegas, de las que 22 pertenecen a la Serranía de Ronda que, pese a no ser muy grandes, "han dado fama de nuevo" al vino malagueño.

Losantos ha destacado la importancia y el consumo, cada vez más, de los denominados vinos tranquilos, es decir, los que se toman durante la comida y no de postre o de aperitivo, como es habitual con los vinos dulces de Málaga.

En este sentido, ha abogado por que cada vez más, algo que se está haciendo pero que debe ir aumentando, se consuma vino de la tierra. "En la Costa del Sol de 40 millones de botellas de vino que se venden al año, nosotros vendemos un millón", ha expuesto.

Para el presidente del CRDO, la de Málaga es una denominación relativamente bebé, de ahí que también considere que aún puede crecer. Por ello, cuenta con un convenio de colaboración con la Asociación de Empresas de Hostelería para incrementar la presencia de los vinos malagueños en los bares y restaurantes.

"No podemos perder la perspectiva, esto es un negocio y se puede convencer al hostelero pero no hay que ser tampoco chauvinista", ha opinado, al tiempo que ha incidido en que se está haciendo un esfuerzo, defendiendo la calidad de los vinos malagueños: "podemos competir con cualquier otra denominación de origen".

En esta labor de promoción juega un papel importante la marca Sabor a Málaga, creada por la Diputación. A juicio de Losantos, ha dado muchas posibilidades a productores pequeños de dar a conocer sus caldos, incidiendo en la importancia del kilómetro cero y de los productos de proximidad.

El enoturismo, mucho por crecer

Para el presidente del Consejo Regulador malagueño, el futuro tiene "muchas posibilidades" para los integrantes del mismo: "es un negocio con riesgo, con costos y aunque el crecimiento depende de cada empresa tenemos mercado y mucho margen".

Los vinos de Málaga y Sierras de Málaga se venden en un 60 por ciento en la propia provincia. Entre el 25 y el 30 por ciento, van a Andalucía principalmente así como a Madrid y Barcelona y el 10-15 por ciento restante se exporta.

En esto es fundamental también el enoturismo porque muchas de las botellas de la DO Málaga y Sierras de Málaga que salen fuera de España lo hacen porque son turistas que han visitado las bodegas y se las llevan y las dan a conocer en su tierra. "Son los mejores embajadores, a veces no hace falta ni ir allí", ha apostillado.

En este sentido, hay vinos malagueños que se exportan a los países nórdicos, Estados Unidos, Asia, de hecho se está trabajando en Japón y Singapur, etcétera.

Por otro lado, sobre la reciente denominación de la pasa de Málaga como Sistema Inmaterial del Patrimonio Agrícola Mundial (Sipam), el presidente del CRDO ha incidido en que en primer lugar reconoce a una forma de trabajar exclusiva de la comarca de la Axarquía y la protege, además de darle publicidad y visibilidad, lo que espera que se traduzca en rendimiento económico y venta de este producto típico malagueño.