Las Urgencias del Hospital Carlos Haya han vuelto a saturarse y la zona de observación, con espacio para 22 camas, está por encima de su ocupación con 27 camas y cuatro sillones. Además, un total de cinco pacientes llevan más de 24 horas de espera para que los suban a planta, cuando el protocolo marca que no deben superar las 12 horas.

La situación ha sido denunciada por los propios trabajadores que están desbordados. Solo hay seis enfermeros y cuatro auxiliares para dicha carga de trabajo, según denuncian desde CSIF. Un trabajo que se ha visto intensificado por cinco pacientes que están aislados por gripe y que cada vez que los visita el equipo sanitario debe desvestirse y y entrar con mascarilla y bata ante la situación de inmunodepresión que presentan y para evitar contagios con el resto de pacientes.

El sindicato también denuncia que un paciente con una infección generalizada con mal pronóstico, conocida como sepsis, lleva 70 horas en observación esperando para ser trasladado por una ambulancia a alguno de los centros hospitalarios con los que tiene concierto el complejo Regional.

Ante esta situación, los propios trabajadores están incluyendo en la documentación del observatorio de incidencias del Servicio Andaluz de Salud la sobrecarga a la que están sometidos en las Urgencias para que la dirección conozca las circunstancias.

El hospital, por su parte, asegura que Urgencias no están colapsadas pero es época de alta frecuentación y todos los recursos del hospital están disponibles, al igual que la plantilla de dicho servicio es la correcta. En cuanto a la espera de 24 horas para subir a planta el hospital lo desmiente y detalla que el criterio de cuidados para un paciente con sepsis es de ingreso inmediato en UCI. «Es una negligencia que CSIF hable de 70 horas de espera».