Enfrentarse a un trasplante tiene diversos obstáculos. El principal, someterse a la operación, aunque en el caso de Miguel, un malagueño de 64 años, confiar en los cirujanos le hizo estar tranquilo en todo momento. Hace cuatro meses, Miguel tuvo que someterse a una operación de trasplante hepático en el Hospital Carlos Haya ya que los doctores le detectaron un tumor. «Yo me hacía revisiones periódicas cada año y entonces me detectaron el cáncer y el tratamiento era un trasplante hepático», expresa Miguel. Este malagueño asegura que no había notado ningún tipo de molestia antes de que los médicos le dijeran lo que sucedía. «Antes de que me detectaran el tumor no sentía dolor, que es una de las peores cosas que tiene el cáncer», indica Miguel que además asegura que al enterarse de su situación, la visión que tenía ante la vida cambio. «Cuando el médico te explica lo que ocurre te quedas bloqueado, en shock».

Antes de someterse a la operación, Miguel recibió una «excelente atención médica» donde se le realizaron diversas pruebas tanto de control como de prevención de riesgos. «Tanto antes, como después del trasplante, los médicos me hicieron sentir muy bien y me sentí en todo momento en muy buenas manos», expresa Miguel.

Tras la intervención, Miguel asegura sentirse «muy bien» ya que ahora puede hacer cosas que antes no podía. «Después del trasplante se ve la vida de otra forma. Ahora siento que sí que hay expectativas y futuro para todas las cosas mientras se hagan bien», señala. Además, continúa asistiendo a revisiones periódicas para controlar la situación. «Gracias a ellas a mi me detectaron el tumor. Existen muchas donaciones y los pacientes diagnosticados a tiempo tienen bastantes posibilidades».