Cuando llegó la tarde, se hizo la bruma. Esta martes se ha vuelto a acercar un fenómeno meteorológico a Málaga que no por lo poco frecuente resulta desconocido, pero que tampoco es que sea un invitado asiduo. Un perfecto anfitrión para Sherlock Holmes y un motivo de desconcierto para algunos de los que han paseado por las calles de la ciudad sobre las 16.00 horas. Bruma por fuera, gracia por dentro.

Esta niebla tan densa, que en invierno es más habitual en el interior, se forma al conjugarse tres elementos principales. El primero sería un suelo frío, que en este caso es el mar de Alborán, y que tiene una temperatura notablemente más baja en esta época respecto a la ambiental. El segundo actor que ocasiona esta niebla es el viento cálido que está acariciando a Málaga estos días. El tercer aspecto, para acabar por conjugar el fenómeno, es la falta de viento fuerte que disperse la niebla. Cuando coinciden estos tres elementos a la vez, la humedad ambiental, en forma de niebla, cubre el litoral.

Al margen de estampas peculiares en el centro de la ciudad y junto a las playas, la niebla está causando incidencias tales como el desvío de vuelos del aeropuerto de Málaga, donde la visibilidad es baja y varios vuelos han tenido que ser desviados a Granada y Sevilla.Solo dos procedentes de Melilla han conseguido tomar tierra a lo largo de la tarde. El gestor de navegación aérea EnAire informaba durante la noche del desvío de hasta 16 vuelos y de la suspensión momentánea de aterrizajes, por seguridad, ante la persistencia de la niebla. Los aterrizajes volvieron a permitirse en torno a las once menos diez de la noche, cuando mejoraron las condiciones de visibilidad.El ritmo de salidas, en cambio, se ha mantenido con normalidad

, según fuentes del aeródromo malagueño.