El cabo del Ejercito español Francisco Javier Soria Toledo murió el 28 de enero de 2015 en el sur del Líbano por disparo de la artillería israelí, mientras formaba parte de una misión de paz en un grupo de cascos azules de la ONU. Soria Toledo era de Málaga, tenía 36 años, estaba casado y esperaba el nacimiento de un bebé.

Coincidiendo con el tercer aniversario de su muerte (se cumplirá el domingo) se le ha querido rendir un reconocimiento público y distinguirle con una Mención Honorífica Especial. Además, el pleno municipal ha acordado, por unanimidad, iniciar el expediente para nominar una calle o plaza de la ciudad con el nombre del cabo, para honrar su memoria, «en señal de respeto a su sacrificio personal en acto de servicio y en reconocimiento y admiración de la ciudad a los valores humanitarios, de libertad y apoyo a la población civil, por los que fue asesinado Francisco Javier Soria Toledo».

Al comienzo del acto, tomó la palabra Margarita Toledo, su madre, que de manera emocionada recordó que su hijo estaba «en misión humanitaria y fue asesinado», por lo que pidió «justicia» a las autoridades españolas. Dijo, además, que su hijo era «boquerón, del barrio de la Victoria y de El Palo», por lo que agradeció el reconocimiento con una calle o una plaza.

El cabo Soria formaba parte de la Fuerza Interina de las Naciones Unidas para Líbano (Finul) y en el momento del ataque estaba prestando servicio en la frontera de Líbano. La posición del cabo Francisco Javier Soria fue bombardeada durante dos horas y media por fuego de artillería israelí y su cuerpo tardó varias horas en ser rescatado.

Para su familia, «murió en servicio humanitario, no estaba en ninguna guerra». En el ámbito del Congreso de los Diputados se han presentado varias iniciativas sobre este caso; preguntando al Gobierno sobre su actuación y una iniciativa para reclamar un protocolo unificado que evite que haya fallecidos en acto de servicio de primera y de segunda. La familia del cabo Soria ha pedido al Gobierno una rectificación «inmediata» para equiparar el tratamiento de la muerte de Soria al recibido por los fallecidos en el accidente del Yak-42.

Asimismo, se recuerda en la moción, que en el Líbano se han realizado varios reconocimientos al cabo Soria y una calle de ese país ya luce el nombre de Francisco Javier Soria Toledo por su labor humanitaria.

Por ello, la moción incide en que «nuestra ciudad debe reconocer también la labor humanitaria del cabo Soria, su sacrificio, esfuerzo y vocación de servicio público, por eso debe ser recordado con una calle en Málaga pues es el calor que necesitan su familia y personas más queridas, y por ello el Ayuntamiento de Málaga cómo gobierno más cercano debe demostrarlo de una forma imperecedera».