La provincia de Málaga viene siendo tradicionalmente un polo laboral de enorme atractivo para trabajadores de otros puntos de España, sobre todo en épocas de bonanza económica, aunque lo cierto es que sus sueldos medios, con un tejido muy dependiente del sector servicios, aparecen muy rezagados en relación a otras zonas de país. Así lo reflejan las últimas estadísticas publicadas por la Agencia Tributaria sobre movimiento laboral en España, que incluyen una radiografía a nivel provincial de la media de ingresos por trabajador. Las cifras reflejan por un lado, con datos correspondientes al ejercicio de 2016, que los malagueños que se mudaron a otros puntos del país para trabajar (fueron casi 4.750) presentaron un salario medio anual de 21.955 euros, mientras que los que llegaron a Málaga desde otros puntos de España (más de 5.800) contabilizaron un sueldo medio de 20.108 euros. La diferencia a favor de los que salieron es de un 9,1% más de salario (en términos reales, casi 1.450 euros anuales más).

La distancia es aún mayor si se compara esos ingresos medios de los malagueños que se van fuera con el salario de los trabajadores de la provincia que permanecen en Málaga. Según las cifras de Hacienda, los asalariados malagueños contaban en 2016 con un sueldo anual de 17.916 euros de media en el medidor de permanencia, un índice que utiliza la Agencia Tributaria para contabilizar a los empleados que están registrados en una misma provincia durante dos años seguidos (y en el que se englobaron en ese ejercicio más de 497.000 trabajadores). De esta forma, quien se va fuera cuenta con unas percepciones un 22,5% superiores a las de los empleados que se quedan en la provincia (la diferencia es de algo más de 4.000 euros al año).

Los guarismos salariales de Málaga en este medidor de permanencia, aunque superiores a los de años anteriores, siguen estando así muy alejados de los que se dan en otros provincias con un mercado laboral más cualificado, caso de Madrid, con un salario anual de 27.348 euros, o Barcelona, con 24.747. De hecho, la provincia malagueña se sitúa en el furgón de cola en cuanto a ingresos medios, ocupando el puesto 39 del ranking nacional entre una lista de 48 (no están Navarra ni las tres provincias vascas, que tienen otro régimen fiscal, y sí se incluye a Ceuta y Melilla). La provincia malagueña sólo presenta una renta media superior a las de Jaén, Huelva, Badajoz, Córdoba, Almería, Cáceres, Cuenca, Granada, y Alicante.

Las cifras de la Agencia Tributaria precisan, eso sí, de varias matizaciones, ya que no se refieren a los sueldos que se cobran mes a mes sino que se extraen, por tramos, de las rentas anuales declaradas por los empleadores mediante la Declaración Anual de Retenciones e Ingresos a Cuenta sobre Rendimientos del Trabajo, contando exactamente por igual a las personas que trabajan los doce meses del año como a aquellos que sólo lo hacen en momentos determinados del mismo. Hacienda ha recordado en años anteriores que este hecho produce un sesgo a la baja del salario en comparación con otras estadísticas. Las cifras también estan condicionadas por el hecho de que hay personas que pierden el trabajo a lo largo del año y pasan a cobrar el desempleo o trabajadores que se jubilan en un determinado mes y acceden a una pensión, lo que provoca que sus retribuciones salariales aparezcan, a efectos estadísticos, como más reducidas.

En todo caso, y hechas todas estas salvedades, los números sí reflejarían ciertas tendencias del mercado laboral, caracterizado por la alta precariedad laboral. También se revela que, pese a los efectos que la crisis, la provincia es un foco de atracción de personas en busca de empleo y se mantiene como una de las que tiene menos trabajadores salientes que nuevas incorporaciones. En 2016, los trabajadores que se fueron de la provincia ascendieron a 4.742, mientras que los asalariados que se incorporaron al mercado laboral sumaron 5.806, el número más alto de la comunidad autónoma andaluza y que además sitúa a Málaga como la quinta provincia con más flujo de altas del país tras Madrid (39.117), Barcelona (18.467), Baleares (6.783) y Valencia (6.542).

El análisis de la movilidad laboral de la provincia deja claro que la cercanía geográfica es la que motiva más flujos. A la hora de irse de Málaga por un cambio laboral, el destino preferido de los trabajadores malagueños es Madrid, provincia a la que se mudaron 1.256 trabajadores (el 25% del total de los que salieron) seguida de Barcelona (426), Sevilla (356) y Granada (339). También es la capital española el punto del que llegan más trabajadores a Málaga (882), seguida por las provincias andaluzas más cercanas (Granada con 611, Cádiz con 565, Córdoba con 550 y Sevilla con 501), además de Barcelona (316).