Con el objetivo de unificar en un mismo centro todos los recursos de una especialidad, el Hospital Clínico estudia la posibilidad de trasladar las consultas de Oftalmología y pruebas diagnósticas que se llevan a cabo en dichas instalaciones al Hospital Marítimo de Torremolinos, el centro en el que se realizan todas las intervenciones quirúrgicas de las patologías relacionadas con ojos.

Hace dos semanas, el gerente del Hospital Virgen de la Victoria visitó las instalaciones del centro de Torremolinos para ver las posibilidades que ofrece el lugar para acoger todo el servicio de esa especialidad, según informó el sindicato CCOO. Un centro hospitalario con cuatro quirófanos que ha visto reducida su actividad diaria a las mañanas -hasta hace un año también se operaba por las tardes- y que ya solo acoge intervenciones relacionadas con los ojos como cataratas, intervenciones de párpado, glaucomas o desprendimiento de retina, entre otras.

La dirección del hospital, por su parte, asegura que están valorando opciones para adaptarse a las nuevas necesidades asistenciales de la población y los propios facultativos aseguran que las instalaciones del Clínico se han quedado pequeñas para la demanda diaria de usuarios que tienen.

La especialidad de Oftalmología cuenta con 22 oftalmólogos, ocho consultas en el hospital más una sala de pruebas diagnósticas en la que se hacen a diario angiografías, unas pruebas de retina, campos visuales o biometrías. Unas consultas que atienden a parte de la población de Málaga capital, la Costa y algunos pueblos de interior. «Será una población de medio millón de habitantes aproximadamente a la que le toca pasar consulta por el Clínico», explican.

Las ocho consultas atienden a diario en horario de mañanaa entre 18 y 24 pacientes y por la tarde, de lunes a jueves, pasan cuatro consultas con el mismo volumen de pacientes, pero solo con un enfermero para gestionar todas las pruebas diagnósticas mientras que por la mañana son dos. Una actividad intensa en los pasillos y la sala de espera que se ve multiplicada los viernes, día en el que se cita a unos 30 pacientes diabéticos y con degeneración macular para que se les apliquen unas inyecciones intravitreas. «Esos días se vive aquí un auténtico hacinamiento», explica uno de los facultativos.

Entre los especialistas, aglutinar la especialidad se ve de manera positiva pero una de la preocupaciones que tienen es cómo se trasladará la población hasta Torremolinos. Ven como un obstáculo las escasas conexiones de transporte público y la edad de los pacientes.