El proceso para canonizar a una persona conlleva bastante tiempo y el papel del Vaticano es determinante. Este se encarga de decidir si el procedimiento puede seguir adelante. El primer requisito que establece es que el aspirante a la beatificación haya sido una persona de fe con una vida religiosa muy sacrificada.

Málaga ha propuesto a Roma la canonización de 214 mártires religiosos durante el siglo XX. Aunque las causas se abrieron en el año 2006 cuando el obispo Antonio Dorado designó como postulador al sacerdote Pedro Sánchez Trujillo para la Causa de los Santos, el procedimiento no comenzó realmente hasta 2010.

En esta etapa es cuando el obispo Jesús Catalá forma una nueva comisión para enviar la solicitud del Nihil Obstat a Roma. Este documento estaba constituido por los 214 mártires religiosos. No obstante, desde Roma surgió la idea de dividir la causa en tres procesos con tres protagonistas principales acompañados de religiosos, seglares y sacerdotes.

Uno de los casos más curiosos es el del vicario Moisés Díaz-Caneja ya que, aunque solamente estuvo un año en la capital trabajando dentro del confesionario de la Catedral, «consiguió convertirse en una persona muy respetada y querida por la población malagueña», como ha explicado el notario de la primera causa abierta, Francisco Cervantes.

Esta es una de las principales razones por las que la labor de Díaz-Caneja puja por este reconocimiento a su sacrificio por la religión a lo largo de su vida, ya que desarrolló sus actividades en diferentes lugares de España.

El vicario pertenece a la primera causa, donde la fase diocesana está acabada y probablemente se apruebe su beatificación y canonización en los próximos años.

No obstante, ya se están recopilando testimonios y se está llevando a cabo la documentación histórica de los otros dos procesos que están abiertos. Actualmente, en la provincia de Málaga, solamente hay dos diocesanos beatificados, Juan Duarte Martín y Enrique Vidaurreta Palma, rector del seminario.

Moisés Díaz-Caneja Piñán

Nació el 4 de septiembre de 1876 en Soto de Sajambre (León)y murió a los 59 años. Se convirtió en provisor y vicario general de la Diócesis de Málaga donde se mantuvo hasta su muerte. En 1907 comenzó su actividad sacerdotal en Astorga y finalizó sus estudios como licenciado en Teología y doctorado en Derecho Canónico en Roma.

Aunque desarrolló sus tareas entre León y Astorga, se trasladó a la ciudad de Málaga a mediados de la década de los 30, donde no estuvo ni un año. No obstante, durante este tiempo se ganó el cariño de los ciudadanos gracias a sus actividades religiosas en el confesionario de la Catedral, donde ejercía como sacerdote.

Finalmente fue fusilado en la carretera del Camino Nuevo (Málaga) el 28 de julio de 1936. Con él se abre la primera causa, donde aparecen además 87 sacerdotes, religiosos, seminaristas y seglares de diferentes ideologías.

Leopoldo González García

El arcipreste de Ronda, Leopoldo González García, nació en el pueblo malagueño de Gaucín en 1877. Allí se formó como abogado junto con sus dos hermanos, aunque más tarde viajó a Roma donde terminó sus estudios eclesiásticos y consiguió el doctorado en Teología. Este sacerdote, que siempre había sido muy caritativo con los pobres, ayudó a la fundación de la Caja de Ahorro y Monte de Piedad de Ronda junto con su hermano.

Sin embargo, a los 59 años fue detenido por los milicianos, que lo trasladaron al cuartel de la Concepción, convertido en prisión. Allí permaneció dos días, hasta que finalmente fue fusilado en la carretera de Ronda a Cuevas del Becerro.

Manuel de Hoyos Migens

Aunque nació en Ronda en el año 1877, se trasladó hasta el municipio de Alhaurín El Grande, donde desempeñó sus tareas como párroco hasta su muerte en 1936. Actualmente, sus restos se encuentran en la cripta de la Catedral de Málaga, junto con los de Leopoldo González García y Moisés Díaz-Caneja Piñán.

Fue detenido junto con otros 15 feligreses en Alhaurín el Grande, y posteriormente llevado a la cárcel de Málaga. El párroco García Alonso, que compartió celda con él, aseguró que era un párroco modelo. De Hoyos animaba constantemente a los presos e incluso rezaba el rosario con ellos todos los días.

Devoción por el padre Arnáiz

El sacerdote será beatificado durante este año en Málaga. El papa Francisco autorizó la publicación del milagro atribuido al padre Arnáiz el pasado diciembre. De esta forma, el sacerdote jesuita será canonizado durante 2018 en la capital malagueña.

Los cardenales y obispos de la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos en Roma aprobaron la curación inexplicable de la persona a la que el padre Arnaiz ayudó. El milagro se produjo en 1994, cuando el malagueño Manuel Antonio Lucena García sufrió un infarto que le mantuvo 10 minutos sin oxígeno.

Aunque debería haber tenido secuelas cerebrales, la familia encomendó la recuperación al sacerdote. Así, Lucena pudo salir por su propio pie del Hospital Regional Carlos Haya.