La declaración de las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS), es decir, la imposición de una serie de medidas restrictivas en calles en las que los bares, restaurantes y pubs generan demasiado estruendo, más del permitido, ha muerto en la orilla. O, de momento, espera su resurrección, después de que, tras meses debatiéndose y analizándose, el edil de Sostenibilidad Medioambiental, Raúl Jiménez, haya decidido retirarla al ver imposible, por ahora, lograr el consenso. La medida debía haber ido al pleno de este mes, pero el equipo de gobierno, en una jugada muy arriesgada, ha decidido que quiere pactar las medidas con los hosteleros, los grupos municipales, las distintas áreas del Consistorio y los hosteleros.

La declaración de ZAS afectaría a 103 calles del Centro Histórico y tres de El Romeral y supondría la moratoria en la concesión de licencias de bares en las zonas en las que se aplique y un recorte en el horario de cierre y de recogida de terrazas. Cada uno lo ve de una manera y esa discordancia de voces sitúa a un lado de la línea a los hosteleros, que temen una pérdida de ingresos y puestos de trabajo, y a los vecinos, que quieren descansar por la noche. Jiménez opta por la cautela, pero lo cierto es que el documento llegó a sus etapas finales sin que le gustase a nadie, por lo que cabe preguntarse: ¿Qué se ha hecho hasta ahora? ¿Por qué se presenta un documento que no gusta a nadie?

Ahora se va a convocar una mesa que reúna a todos los protagonistas. «Queremos una gran reunión en la que todos estemos presentes y en la que se hagan propuestas concretas, entendiendo que las enmiendas recibidas, que sólo han sido de Málaga Ahora y Málaga para la Gente, no se han concretado», dijo, e insistió en buscar la máxima transparencia.

El presidente de los hosteleros malagueños (Mahos-Amares), Javier Frutos, explica que en enero de 2017 su colectivo presentó un informe en el que se solicitaba la zonificación acústica que, según un decreto de la Junta de 2007, ha de hacerse cada diez años. Esa zonificación habría de determinar qué uso principal tiene una parte concreta de la ciudad, si residencial o turístico-terciario, por ejemplo. Hay una gran diferencia entre ambos usos, básicamente porque los umbrales de ruido permitidos en una zona actualmente de uso residencial como es el Centro es menor que en una de uso turístico-terciario, que los hosteleros defienden que es ahora el predominante, de ahí la petición de zonificar. «Por ejemplo, de 2007 a 2015 podría haber pasado de residencial a turístico-terciario», dice, con lo que a lo mejor la declaración de ZAS sólo afecta a unas cuantas calles en lugar a las inicialmente previstas.

«Primero hay que hacer la zonificación, el estudio, y después tomar las medidas», señala, para recordar que en Madrid, por ejemplo, la declaración es calle por calle y en Sevilla, por zonas. «Nosotros rechazamos la moratoria porque crea inseguridad jurídica para el empresario, el inversor, y cambiar las reglas de juego. Creemos en la autorregulación y puede haber daño a los inversores y al empleo. Hay que ir más al detalle. Si hace falta, iremos al Contencioso. Hasta que no veamos que se hace esa zonificación y se vean las calles exactas, no vamos a valorar las medidas». Eso sí, El Romeral es una realidad distinta, porque el uso sí es claramente residencial y los vecinos tienen problemas importantes en su relación con los bares y restaurantes. «Allí habrá que adoptar medidas diferentes», señala.

Los vecinos del Centro Histórico insisten en que la declaración de ZAS deriva de la Ley del Ruido y de la Ley de Gestión de la Calidad Ambiental de Andalucía, y su presidente, Alfonso Miranda, señala en un escrito enviado esta semana a todos los portavoces municipales que las limitaciones horarias a imponer, actualmente previstas por el Ayuntamiento, suponen que a partir de las 00.00 horas los establecimientos con música ambiente y similares funcionarán con las ventanas cerradas y, a partir de la hora de cierre, estos mismos establecimientos deberán cesar la música y no se podrán servir más consumiciones. En cuanto al horario de funcionamiento de las terrazas y veladores, la limitación se establece de la una de la madrugada del domingo al jueves por la noche, exceptuándose periodos como Navidad, Carnaval, Semana Santa y otros 70 días al año, de forma que los horarios de funcionamiento son hasta las dos de la madrugada de abril a octubre.

«Las llamadas limitaciones horarias no son en absoluto tales, pues es evidente que los establecimientos musicales deben estar siempre con las ventanas cerradas y, generalmente, hasta carecen de ellas», dice Miranda en su escrito, y añade que la limitación hasta la una de la madrugada del horarios de las terrazas, y en los periodos en que se propone, es una medida que «sólo podríamos calificar de irrisoria». «Es evidente que los problemas reales de ruido se plantean precisamente los viernes y sábados, como bien ha quedado constatado en el proyecto de monitorización del ruido y, sobre todo, en primavera y verano, cuando además es preciso que los vecinos duerman con las ventanas abiertas», añaden y creen que con estas medidas sólo se trata de cubrir el expediente. «No suponen en manera alguna las verdaderas limitaciones a las que obliga la ley», apunta.

Los vecinos del Centro perseguirán y denunciarán estos comportamientos, llegando incluso al juzgado, y su propuesta es la siguiente: de domingo a jueves noches, las terrazas deben retirarse a las 23.00 horas; los viernes y sábados por la noche, «de forma absolutamente excepcional y atendiendo a la razonable y esperada disminución progresiva de los niveles sonoros, la retirada se deberá realizar a las 24.00 horas», aclaran, horarios que deben aplicarse todo el año.

El abogado Francisco Soler, miembro de Juristas contra el Ruido, critica que se haya retirado la propuesta de medidas tras la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas ya que la moratoria y las limitaciones horarias se «deberían haber tomado hace mucho tiempo, se somete a los vecinos a una tortura, no se deja dormir a la gente». «Lo que parece destinado a aliviar la situación, se viene abajo con la suspensión, es una barbaridad y una irresponsabilidad por parte del Ayuntamiento, se incumplen la legislación y el Estatuto», añade.

Este jurista exige aprobar las medidas previstas para proteger a los vecinos y preservar su derecho al descanso, «no se puede aplazar esto para llegar al consenso, ahora los hosteleros seguirán haciendo caja todas las noches. Por parte del Ayuntamiento es una medida irresponsable y casi se podría hablar de presunta prevaricación», asegura Soler.

Begoña Medina es edil del PSOE y pide el máximo consenso. «No se puede imponer nada. La discusión no es el horario, sino que el Ayuntamiento no cumple la norma andaluza sobre zonificación, que es previa al ZAS y hay que concretar más qué calles entran, no todas son iguales, no todas tienen la misma afección, hay que estudiarlo todo con mucho más detenimiento».

Uno de los problemas de los que se quejan los hosteleros, y otros muchos ciudadanos, es que cada área municipal, es decir, Movilidad, Sostenibilidad Medio Ambiental, Ordenación del Territorio, etcétera... dice una cosa. Por eso, Juan Cassá, portavoz de Cs, pide que el Ayuntamiento tenga una voz única para abordar el problema y exige la creación de una mesa de trabajo con todos los implicados. De hecho, fue su falta de apoyo la que hizo caer el proyecto de Jiménez. Así, proponen más inspecciones a la hostelería, dejar de catalogar el Centro como zona residencial (lo que piden, sin decirlo abiertamente, los hosteleros) y un plan policial nocturno en Teatinos (porque allí el problema es distinto y no puede ser tratado igual, dicen). «Málaga no puede perder de vista que la hostelería es uno de sus motores económicos, cuidados con tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado» y advierte en contra de alentar actitudes y medidas intervencionistas o actitudes cercanas a la turismofobia.

Eduardo Zorrilla, portavoz de Málaga para la Gente, y, además de hacer suyas las reivindicaciones de los vecinos, proponen ampliar el ámbito incluido dentro de la declaración de determinadas zonas del Centro y Teatinos como zonas de protección acústica especial a aquellas calles y plazas aledañas que todavía «no están llenas de establecimientos y completamente saturadas». «El Centro es una zona BIC, por lo que debe tener en su conjunto el mismo trato», aclara, ya que a su juicio el corazón de la ciudad está saturado y ha superado su capacidad de acogida.

Ysabel Torralbo, de Málaga Ahora, apunta en sus alegaciones que la declaración de ZAS, pese a ser necesaria, llega muy tarde, «por lo que supone una gran dificultad el poder reducir la emisión de ruidos y alcanzar unos niveles óptimos que cumplan la normativa vigente y permitan acabar con el exceso de fuentes predominantes de ruido». Así, su propuesta también es directa: que todo el Centro Histórico sea declarado ZAS, y, si ello no es posible, incluir calles tales como Císter, Afligidos, la parte final de Granada, el final de Carretería, San Pedro de Alcántara, etcétera...

Juan José Espinosa, edil no adscrito pero militante de Podemos, dice: «Una vez más nos encontramos con una situación provocada por la improvisación y por la falta de un modelo de ciudad que prevea el impacto de las medidas más allá del corto plazo. La sobreexplotación que supone un modelo de monocultivo turístico hace que el Centro se haya convertido en un parque temático, con riesgo de matar la gallina de los huevos de oro. La declaración de ZAS puede ser una buena medida y la moratoria como medida provisional».

Raúl Jiménez

Raúl JiménezEdil de Sostenibilidad Medioambiental

«Queremos una gran reunión en la que todos estemos presentes y en la que se hagan propuestas concretas, entendiendo que las enmiendas recibidas, que sólo han sido de Málaga Ahora y Málaga para la Gente, no se han concretado».

Javier Frutos

Presidente de los hosteleros malagueños

«Nosotros rechazamos la moratoria porque crea inseguridad jurídica para el empresario, el inversor, y cambiar las reglas de juego. Creemos en la autorregulación y puede haber daños a la inversión y el empleo. Si hace falta, iremos al Contencioso».

Alfonso Miranda

Presidente de los vecinos del Centro

«Los horarios indicados deben ser de obligado cumplimiento todo el año, pues no es razonable pensar que en primavera y verano, cuando resulta obligado dormir con las ventanas abiertas, se pueda subir la hora de retirada de terrazas»

Begoña Medina

Concejal del Grupo Municipal Socialista

«Queremos que haya el máximo consenso, no imposición; que se escuche al sector, la discusión no es el horario, sino que el Ayuntamiento no cumple la normativa andaluza de zonificación, previa al ZAS, y habría que concretar más las calles».

Juan Cassá

Portavoz de Ciudadanos

«El Ayuntamiento debe tener una voz única con el asunto de las terrazas, la hostelería y los vecinos; Málaga no puede perder de vista que la hostelería es uno de sus motores económicos, cuidado con tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado».

Eduardo Zorrilla

Portavoz de Málaga para la Gente

«El Centro Histórico es una zona BIC por lo que debe tener en su conjunto un mismo trato. Además, según informes municipales como los del OMAU, la almendra central ha superado su capacidad de acogida y está sobresaturado».

Ysabel Torralbo

Portavoz de Málaga Ahora

«La necesidad de declarar zonas de protección acústicas especiales era muy necesaria y, en parte, llega tarde, por lo que supone una gran dificultad el poder reducir la emisión de ruidos y alcanzar unos niveles óptimos que cumplan la normativa vigente».

Juan José Espinosa

Edil no adscrito (Podemos)

«Una vez más nos encontramos con una situación provocada por la improvisación y la falta de un modelo de ciudad que prevea el impacto de las medidas más allá del corto plazo. La declaración de ZAS puede ser una buena medida».