«No te pongas delante, no des órdenes, ni dirijas las actividades, simplemente acompaña». Es lo que reza el documento que el movimiento feminista ha preparado para informar sobre el papel que, en su opinión, deben tener los hombres el 8M.

La convocatoria de huelga no puede, en términos legales, distinguir entre sexos. Es un derecho de todos los trabajadores. Desde las secciones provinciales de UGT y CCOO apoyan paros parciales de dos horas. Para la presidenta de la Asociación para la Defensa de la Imagen Pública de la Mujer (ADIPM), Meli Galarza, es importante resaltar que «el protagonismo debe ser de las mujeres».

Un pensamiento que está también en sintonía con lo que explica una de las mujeres que está detrás de la Coordinadora del 8M, y que está implicada con la organización logística del próximo jueves. Agustina Martínez habría deseado que los sindicatos mayoritarios hicieran su apoyo extensible a las ocho horas. Sobre el papel del hombre, asegura que no debe ser excluido: «Sin ellos no avanzamos».

Eso no quita que se muestre rotunda con respecto al jueves y pida que «los hombres se mantengan en un segundo plano». «La proyección es que seguimos igual de precarias y somos las que más hemos sufrido la crisis. Por eso tenemos que visibilizar nuestra situación como mujeres. Somos las más perjudicadas y en un sentido doble porque después de la jornada laboral tenemos que seguir trabajando en casa», añade Martínez.

Resulta fundamental, añade, poner el foco en una contradicción fundamental: las mujeres que están en condiciones precarias son las mujeres que no pueden participar en esta huelga: «Ahí están las kellies. Nos aseguran que si hacen huelga, las despiden al día siguiente. Por eso es importante que funcionarias y otras trabajadores que gozan de mayor estabilidad se sumen a este parto».