La Malagueta no se entendería sin el Real Club Mediterráneo. Esta comunión histórica se consumó en 1986, año de la fundación de la Asociación de Vecinos de La Malagueta y donde el Club Mediterráneo se incorporó como socio fundador al entender que el espacio natural de ocio, deportivo y cultural de esta barriada son sus instalaciones. Pero la paradoja del barrio de La Malagueta sigue vigente. Fue el barrio más moderno de su época, hace 40 años, y desde hace unos años cuenta a su lado con una magnífica zona comercial y de ocio en el puerto, además de con la reformada playa de la Malagueta, pero sigue siendo una de las zonas con menos equipamientos de Málaga, carencias que el Club Mediterráneo siempre ha suplido gracias a la buena relación entre la asociación y el club, más cuando un tercio de los socios residen en esta barriada.

Esta relación se rompió en 2015, cuando la anterior directiva del club se dio de baja de la asociación de vecinos sin más explicaciones y sin calcular los efectos que podría tener esta decisión. Lola Navas, histórica presidenta la asociación, que se dio de baja comos socia del club, explica que esta decisión provocó que «perdiéramos tanto la asociación como el club, aunque más perdieron los residentes y los socios ya que no fuimos de la mano para presionar a las instituciones para lograr mejoras en una zona que las necesita». Navas espera, «por el bien de La Malagueta», que el próximo presidente del Club Mediterráneo vuelva a ser José Agustín Gómez-Raggio para volver a recuperar las relaciones y trabajar de forma conjunta en proyectos que beneficien tanto a los vecinos de esta zona como a los socios de la entidad.

«Fue extraño que se rompieran las relaciones, el club es nuestro espacio natural de ocio, deportivo, cultural... En sus instalaciones celebramos talleres, organizamos viajes, conferencias, foros, hacemos deporte... Más de mil residentes en la zona son socios, hay otros 500 que son socios deportivos, es decir los vecinos lo consideramos nuestro club y espero que se recupere esa unión pues seremos más fuertes a la hora de negociar con el Ayuntamiento de Málaga», comenta la presidenta de la Asociación de Vecinos de La Malagueta. Navas cita como ejemplos de ese trabajo conjunto que se logró situar una parada de la EMT en la puerta del club, se arreglaron las aceras, se habilitó un aparcamientos para motocicletas o que se eliminaron cables de alta tensión.

Uno de los candidatos a las próximas elecciones del club que se celebran el próximo 24 de marzo, José Agustín Gómez-Raggio tiene claro que se debe recuperar esa colaboración y que el club vuelva a formar parte de la asociación de vecinos. Gómez-Raggio no ha dudado en acudir a la llamada de Lola Navas para trabajar en proyectos conjuntos que beneficie a residentes y socios y asegura que se implicarán más con los vecinos para que sigan teniendo en las instalaciones del club ese espacio de esparcimiento y deportivo del que carece La Malagueta.

El que ya fuera presidente del Club Mediterráneo considera que uno de los objetivos de la candidatura que encabeza es que la entidad deje de dirigirse con «criterios únicamente empresariales» y que «vuelva a ser ese espacio de encuentro en la concordia, implicándonos con los vecinos, con Málaga, para que la ciudad se sienta orgullosa del mejor club náutico de españa y sus socios orgullosos de su club».

Gómez-Raggio explica que en esta nueva etapa juegan un papel importante los vecinos de La Malagueta, una parte importante de la masa social del club, que «debe saber que las puertas estarán abiertas y será como una prolongación del salón de su casa. Debemos recuperar una colaboración que nunca se debió romper».

Entre los proyectos que manejan asociación y club es potenciar las actividades en las instalaciones del club, defender mejoras en el equipamiento de la zona e incluso estudian la posibilidad de solicitar que se restaure y se use la capilla del Muelle Uno, que se inauguró en 1732, y que desde hace años no tiene uso y donde, según cuenta Navas, muchos socios del club se casaron.