El cierre del grifo del crédito impuesto por los bancos durante los años más duros de la crisis ha hecho sufrir mucho a particulares y empresas aunque los expertos sostienen que la economía española necesitaba de un drástico proceso de desapalancamiento (término que hace referencia al desendeudamiento del sector privado) tras unos años de consumo desaforado. El volumen actual de préstamos en manos de familias y empresas (algo más de 30.600 millones de euros, según los últimos datos del Banco de España correspondientes a cierre de 2017) ha caído más de un tercio en relación a los máximos de 2008, cuando la cifra alcanzó en la provincia un récord de 47.500 millones de euros en crédito vivo.

Esta dinámica se ha dejado notar también de forma notable en la actual ratio créditos/depósitos. Así, el sector privado adeuda ahora a los bancos en préstamos un 35% más de lo que tienen ahorrado en depósitos (22.654 millones). Es una ratio todavía algo alta para los estándares europeos pero desde luego mucho más reducida a la del inicio de la crisis, cuando el sector privado malagueño manejaba en créditos hasta un 135% más de lo ahorrado.

El sector financiero afirma que no hay una ratio créditos/depósitos de referencia que puede considerarse como idónea para una economía (hay otros instrumentos de ahorro al margen de los depósitos bancarios), pero sí han comentado en varias ocasiones que ese 135% que registraba Málaga en el boom económico reflejaba un endeudamiento excesivo.

La provincia, por su especial dinamismo inversor, siempre ha manejado un tasa más alta que otras zonas en este apartado pero al menos ahora se está más en consonancia con la media española (que ha bajado ya a niveles próximos al 20%). En la Eurozona, la ratio es inferior al 10%.

La significativa pérdida de liquidez respecto a antes de la crisis también ha dejado efectos perniciosos. Sin suficiente crédito no hay posibilidad de expansión económica, algo mucho más aplicable a una provincia como Málaga, tan dependiente del consumo por la alta implantación del sector servicios, según han recordado en varias ocasiones la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) o la Cámara de Comercio. En todo caso, las cifras de nuevas operaciones de crédito que conceden los bancos ya están aumentado en relación a años anteriores. «Si el volumen total de créditos ha seguido bajando es porque siguen siendo mucho más los que van siendo amortizados que los nuevos que se suscriben», comentan fuentes del sector productivo.