El miércoles de la semana pasada, un grupo de vecinos de la Asociación de Vecinos Limonar Caleta se colocó con una pancarta delante de un autobús de la línea 32, cuando entraba al Paseo de Miramar, para hacer visible la reclamación que plantean al Ayuntamiento: ampliar el horario de la línea hasta medianoche.

En la actualidad, la última salida de lunes a viernes se produce a las 9.30 de la noche, mientras que los sábados y festivos es todavía más restrictivo: la última salida es a las 9 de la noche. «Y con intervalos de 50 minutos», recuerda una socia del colectivo.

Otro socio subrayó el problema que se les plantea a los menores de 18 años y a sus familias: «El autobús es un tema muy sensible que nos afecta a todos. Los chicos menores de 18 años no tienen posibilidad de conducir y el único autobús que pueden coger es el que va al Palo, para luego subir andando solos por la noche un kilómetro y medio o dos kilómetros».

Para los vecinos, ya no se trata solo de un asunto de movilidad sino también de seguridad.

A su lado, otra socia recuerda que tampoco pueden contar con la línea 32 si quieren ir a una actividad cultural al Centro si termina tarde. La asociación de vecinos informó de que la ampliación del horario la respalda Ciudadanos. «Es un servicio que nos tienen que dar porque para eso pagamos nuestros impuestos. No lo pedimos hasta las 5 de la mañana, sino hasta una hora muy prudente», destacó el presidente de la asociación, Fernando Martín Mandly.

Ayer, el gerente de la EMT, Miguel Ruiz, respondió a los vecinos que ya está estudiando su reclamación.

«Gran descontento»

La Opinión se reunió ayer con una decena de miembros de la asociación de vecinos y Fernando Martín Mandly subrayó que «hay un gran descontento en El Limonar por el abandono en el que estamos, porque pasan los años y el dinero se va a otros barrios, y en este barrio no viven los señoritos, somos profesionales que hemos comprado una casa aquí».

El presidente también recordó que los vecinos pagan el IBI más alto de Málaga, algo que a su juicio no se traduce en mejoras importantes en el barrio.

El responsable de la asociación de vecinos aprovechó para lamentar la falta total de información sobre la marcha del centro cultural del Limonar, un edificio de dos plantas y 900 metros cuadrados que se levantará en el Parque dedicado a Baden-Powell, en la confluencia de las calles Sierra del Co y Sierra de Grazalema y en el que confían en tener la sede vecinal.

Desde septiembre del año pasado, cuando visitaron la zona con el alcalde Francisco de la Torre, no han vuelto a tener noticias del Ayuntamiento y como recalca un socio, en el PGOU sigue constando todo ese área como zona verde, y hace falta cambiar la calificación para dar cabida al equipamiento. Para el Ayuntamiento, el centro cultural va de la mano con el regreso de la fuente de Berrocal al barrio, cuya restauración sigue paralizada, lamentan los vecinos.