El balance de cómo se ejecutó el presupuesto de Málaga de 2017, que ayer presentó el edil de Economía, Carlos Conde, presenta luces y sombras en función de los datos que arroja y por el hecho de que el presupuesto no se puso en marcha hasta abril. Destaca en negativo que más del 20 por ciento del presupuesto quedó sin gastar. Lo aprobado eran 749 millones y finalmente sólo se gastaron 555,5. Un 78,2, casi cinco puntos menos que el año anterior (82,98%).

En positivo destaca el balance de un remanente de tesorería de 127 millones de euros, pero frente a ello, hay casi 120 millones de dudoso cobro; la deuda bancaria se redujo en 62 millones y el plazo medio de pago a provedores es el más bajo de las capitales andaluzas, con 14,7 días; en ingresos también se aprecia un recorte: del 80,83% de 2017 al 89% que arrojó el saldo de 2016.

Dato a destacar es el bajo nivel de inversión de la Gerencia de Urbanismo, el organismo más ejecutor por excelencia, que a final de año había ejecutado el 28% de su presupuesto (sin contar con las inversiones financieramente sostenibles). Al respecto, el concejal de Economía recordó que las inversiones financieramente sostenibles (IFS) fueron presupuestadas el pasado año «pero que se ejecutarán a lo largo de este 2018 porque no ha habido tiempo material para hacerlas porque el gasto se aprobó en octubre».

Pago a proveedores

El balance final es el que permitió al concejal señalar que «el Ayuntamiento prosigue con su aportación a la reactivación y mejora de la economía de la ciudad» y alabó «la disciplina presupuestaria de este Ayuntamiento que permite que tengamos una liquidación con remanente positivo de tesorería». En cuanto al ahorro neto, la liquidación del presupuesto del ejercicio 2017 arroja una cifra que asciende hasta los 77,51 millones en el Ayuntamiento; en agregado éste alcanza los 80,16 millones.

A 31 de diciembre de 2017, se habían hecho efectivas obligaciones de pago a proveedores por valor de 186 millones de euros de un total reconocido de 216 millones, lo que equivale a un 86,08 por ciento. En los primeros meses de 2018 se han completado los pagos restantes, resultantes de las tramitaciones en plazo.

El presupuesto consolidado del Ayuntamiento se ejecutó en gastos en un 78,22 por ciento y en ingresos un 80,83 por ciento, según señaló Carlos Conde. Así, el Ayuntamiento, excluidos los organismos, «supera el 85,59 por ciento en ejecución de gasto corriente, transferencias e inversiones», destacando Participación Ciudadana (95,38%), Medio Ambiente (92,56%), Relaciones Institucionales (89%), Playas (88,17%), Cultura (89,22%), Comunicaciones (89,12%), Servicios Operativos (87,88%) o Economía Productiva (86,04%). El grado de ejecución en los distritos ha registrado una media del 86 por ciento, sin la afectación de la inversiones financieramente sostenibles.

Sí es destacable el porcentaje de cobro de ingresos corrientes, que se situó en el 92 por ciento en lo relativo a impuestos, transferencias, tasas e ingresos patrimoniales. «Las facilidades de pago puestas en marcha en el ejercicio anterior por el Ayuntamiento (ayudas, bonificaciones, aplazamientos de pagos) refuerzan este dato, enmarcado en una política fiscal moderada y que pone el acento en su función social de ayuda a los que menos recursos tienen», dijo Conde que detalló que el importe de los fraccionamientos y aplazamientos en 2017 es de 20,7 millones, siendo menor al del ejercicio 2016 que fue de 21,4 millones, lo que denota que las economías domésticas «empiezan a superar los estragos de la crisis económica». concluyó el concejal.