Nadie les informa en la Delegación. En Educación dicen que están pendientes de los informes técnicos. Nada más. Esta situación de silencio administrativo, de blindaje ante las preguntas reiteradas y la preocupación lógica de las familias, indigna a los padres de Teatinos, cansados de esperar. Durante 15 años se movilizaron exigiendo la construcción. Y ahora que ya han comenzado las obras «tarde», ya saben que no podrá entrar en servicio en septiembre, aunque durante el plazo de escolarización se han ofertado las plazas. Ya finalizado este periodo, los padres no saben aún dónde empezarán el curso sus hijos.

Por este motivo, tienen previsto llevar a cabo nuevas movilizaciones el próximo 18 de abril. «No tenemos información y nos parece escandaloso», resalta Mar Villanueva, portavoz de la plataforma Prometo, que lidera las reclamaciones desde hace años. «De momento solo sabemos que se han ofertado seis líneas en el nuevo instituto con un código que es el centro que está en construcción y no se sabe cuándo entrará en servicio, solo que en septiembre no», explica.

Los padres sospechan que terminarán siendo escolarizados en aulas prefabricadas en la Universidad Laboral. «El instituto va a contar con servicio de transporte escolar con paradas en Sandro Boticelli, Finca La Palma y Gregorio Prieto, que son coincidentes con las que cada día llevan a los niños a la Universidad Laboral. Por ello sospechamos que la intención es llevarlos allí y se trata de un engaño», denuncia Villanueva, quien recuerda que este centro lleva años masificado.

«Y esto supondría masificar aún más un centro ya masificado. 2.200 alumnos tiene ya, lleva muchísimo tiempo acogiendo a alumnos por encima de su capacidad, sorteando la situación mediante parches, habilitando aulas, estableciendo turnos de tarde y reformando espacios comunes», indica.

Los padres piden que, si estos alumnos tienen que ser escolarizados en barracones «al menos que los pongan cerca». «Quieren esconder un problema y lo único que van a conseguir es agravarlo», sostiene Villanueva, que exige que se acelere el proceso de construcción del edificio. «Ya está bien. Para lo que les da la gana se gastan el dinero con bastante alegría. Aquí, sin embargo, no ha habido ni previsión ni interés en enmendar su mala planificación y falta de inversión a tiempo. El dinero llega tarde e incorpora un nuevo gasto público que son las prefabricadas», señala la presidenta de Prometo, que recuerda que las necesidades siguen creciendo y «todo va a ir empeorando año tras año». De hecho, ya sería necesario un segundo instituto. «Cuando las infraestructuras llegan con retraso se aumenta el gasto público y no es necesario si se hiciera a tiempo», concluye.