El inversor ruso ha sido uno de los predilectos en la Costa del Sol en los últimos años. Sin embargo, éste último ha dejado cifras muy por debajo de las habituales. La presencia del inversor ruso ha disminuido considerablemente y el problema se halla en el valor actual del rublo. «La moneda rusa está muy por debajo en este momento del euro. Esto ha motivado la situación actual en la que, el comprador ruso sigue viniendo e invirtiendo en la Costa del Sol, sin embargo, no de la misma forma en la que lo ha estado haciendo en años anteriores», asegura Ricardo Sánchez. Debido a esta situación, el que fue uno de los compradores más destacados en la Costa del Sol está disminuyendo y no sólo la bajada del valor del rublo está siendo un inconveniente para la presencia de estos inversores. Los visados, también están suponiendo, en menor medida, un problema para aquellos que quieren adquirir una vivienda en España, tanto para su residencia, como para su estancia vacacional.

En este sentido, al no pertenecer Rusia al reconocido espacio Schengen, los problemas para circular entre ambos países es más complicado. «Los visados realizados entre países que pertenezcan al espacio Schengen se hacen a través de una fotografía y huellas dactilares.

Sin embargo, el régimen de visados en Rusia es diferente, de ahí que, aunque no en una gran medida, se note el descenso por parte de este tipo de inversores». En 2016, cerca de un millón de turistas rusos visitaron España, tras recuperarse algo de la crisis de los dos años anteriores, mientras que el pico de visitantes se alcanzó en 2013 con 1,5 millones. España es uno de los destinos favoritos del turismo ruso y ocupó ese mismo año, el tercer lugar entre los países más visitados por los rusos, después de Tailandia y Chipre.