«La gente del barrio quiere que la primera opción sea esta», señala Marta, vecina de la zona. Se encuentra en la plaza surgida de las demoliciones de la calle Esperanza, en Lagunillas. Desde el año pasado, un grupo de vecinos del Centro con perros acude a este espacio, cerrad0 con una valla, para que los perros jueguen, aunque la puerta para controlar el horario ha desaparecido en varias ocasiones y una chapa de madera evita que los animales escapen.

Marta adoptó un perro mestizo grande y como señala, «tengo la plaza del Ejido, pero si suelto al perro allí me pueden multar, los que tenemos perros grandes, ¿dónde los soltamos?, necesitamos un sitio donde puedan correr», argumenta.

«Lo suyo sería este espacio, los perros grandes necesitan correr», cuenta Julia Martín, que hace un mes se hizo cargo de una perra maltratada y abandonada, mezcla de podenco.

La Opinión visitó el pasado miércoles la plaza de la calle Esperanza y se hizo eco de la necesidad que tienen los dueños de perros del Centro de un parque canino. Uno de ellos es Francisco Manuel Cruces, que acude con su propio recipiente para el agua y se lo tiende a uno de sus dos bulldog franceses. «Aquí los perros lo pasan muy bien, necesitan un poco de vida», señala.

Claro que no llueve a gusto de todos, y los dueños de los perros admiten que ha habido alguna queja vecinal y hasta les ha visitado a la policía. «Pero es que no hay un sitio donde ir con el perro en el Centro», destaca María José Pérez, que tiene una perra pomerania, también adoptada. «Ya el siguiente al que te tienes que ir es al parque canino de Fuente Olletas», apunta Julia Martín.

El espacio de la calle Esperanza cuenta además con carteles municipales en el exterior que piden el uso de la correa para los perros y alertan de multa si no se recogen los excrementos. «Nosotros limpiamos todas las cacas, incluso las que no son de nuestros perros», cuenta Francisco Manuel Cruces.

Los dueños consultados también señalan que este espacio, pese a que se ha señalado en el cemento una pista deportiva, apenas tiene uso.

En todo caso, si este sitio no fuera el adecuado para parque canino, aunque para ellos sea su primera opción, los vecinos dejan abierta la puerta a otros sitios, los dos a un par de minutos de la calle Esperanza.

En concreto, proponen que se convierta en parque canino una parcela que señalan que es municipal en la calle Chaves, en la actualidad un terrizo en el que se acumula basura y alguna jeringuilla. «La primera opción es la calle Esperanza pero si la parcela de calle Chaves se acondicionara y se pusiera también una fuente podría ser otra», destaca Francisco Manuel Cruces.

Los vecinos también proponen como alternativa un terrizo abandonado al final de la calle Agua, en el arranque del Monte Gibralfaro.

El nuevo concejal de Medio Ambiente, José del Río, informó ayer a este diario que estudiará las propuestas.