El ministro de Justicia, Rafael Catalá, entregó ayer la Cruz Distinguida de Primera Clase de la Orden de San Raimundo de Peñafort al decano del Colegio de Abogados de Málaga, Francisco Javier Lara, y, a título póstumo, al cabo primero de la Guardia Civil Diego Díaz, fallecido recientemente en acto de servicio. Además, Catalá inauguró oficialmente el nuevo Centro de Formación Icamálaga, con el que se han modernizado las instalaciones del Colegio de Abogados, institución que, asimismo, reconoció en el mismo acto a la Diputación Provincial de Málaga con la Medalla de Honor.

El ministro aseguró, según recogió Europa Press, que «aunque la intención de quien concede un reconocimiento es honrar a quien lo recibe», con las dos personas que han recibido la Cruz de San Raimundo «pasa algo muy parecido» y es que «aseguro que son los condecorados quienes honran al Ministerio aceptándola».

«No puede haber mayor servicio que entregar la vida en el cumplimiento del deber como hizo el cabo Diego Díaz», resaltó Catalá, mencionando a «todos los que dedican su vida al servicio público y a los que llegan al límite hasta el punto de arriesgar su propia vida». Así, «con este sencillo acto», explicó el ministro, «queremos agradecer que así lo cumpliera Diego Díaz», recordando su trayectoria profesional y explicando que «además de cabo primero era licenciado en Derecho y estaba colegiado como no ejerciente en el Colegio de Abogados de Málaga».

La encargada de recoger la Cruz fue la hermana del fallecido, Josefa Díaz, quien agradeció el cariño y el reconocimiento, «pues demuestran la valoración por todo lo que ha hecho mi hermano», dijo.

Además, recordó que «Diego tenía una gran vocación, que era el servicio a los demás y a su país; y su pasión era la abogacía». «Gracias a todos los que habéis hecho posible la entrega de la Cruz a mi hermano», concluyó.

La segunda condecoración fue para Francisco Javier Lara, a quien se reconocen «los servicios prestados a la abogacía», explicó Catalá, que puso en valor el carácter reivindicativo de Lara. «Conozco bien los desvelos del decano y de la junta de gobierno del colegio para defender los intereses del mismo», dijo.

Francisco Javier Lara agradeció al Gobierno de España y a los impulsores de la iniciativa, el decano de Honor del colegio, Fernando García Guerrero-Strachan y el decano Emérito José María Davó, aunque quiso hacer especial mención a su familia, que es «la gran sacrificada», dijo, apuntando que el «mayor agradecimiento es para mi mujer y mis tres hijas».

Asimismo, el decano aseguró que su «mérito ha sido haber sabido formar equipo con grandes personas». Al mismo tiempo, Lara calificó como un honor haber recogido la Cruz Distinguida de la Orden de San Raimundo de Peñafort el mismo día en el que se distingue a la Diputación de Málaga con la Medalla de Honor.

«Esta institución se ha ganado a pulso el cariño de la abogacía malagueña por la colaboración que nos presta a todos los proyectos e iniciativas». Se le otorga, explicó, por todos los proyectos y actividades sociales y humanitarias que ambas instituciones han puesto en marcha en los últimos años en beneficio de la ciudadanía de la provincia.

Por su parte, el presidente de la Diputación, Elías Bendodo, destacó que la medalla «representa un reconocimiento a la labor que hacemos entre todos para construir una provincia más próspera, más justa, más solidaria, con igualdad de oportunidades y derechos en sus 103 municipios».