El 20 de febrero de 2018 Luciano Alonso publicaba una tribuna en numerosos medios de comunicación titulada «Me queda la palabra» tras ser absuelto por cuarta vez por el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía por la designación de personal de confianza en la Consejería de Cultura entre 2012 y 2015. Desde que dimitió en diciembre de 2016 como parlamentario andaluz, Alonso ha centrado todos sus esfuerzos en defender su inocencia y afrontar un calvario judicial, que le ha pasado factura en lo personal, pero que no debe borrar la enorme contribución de este veterano militante socialista al progreso y mejora de Málaga, como delegado del gobierno andaluz, y de Andalucía, como consejero de Turismo, Deporte, Comercio, Cultura, Educación o Empleo.

Aunque para él y su familia se quedan estos últimos dos años de sufrimiento, Luciano Alonso retomó esa palabra que le aún le queda el pasado viernes por la noche, donde comprobó que su huella y su compromiso político aún queda vigente para cientos de personas que acudieron a un acto de reconocimiento a su trayectoria política organizado por la Federación de Asociaciones de Vecinos y Organizaciones Sociales Cívilis, que preside Antonio Fuentes.

Y ahí Luciano Alonso fue Luciano Alonso, sin esa corbata que abandonó hace años. Demostró que la política le corre por la sangre, que le duele, haciendo un exhaustivo análisis de la situación política que vive España y Andalucía. Reflexionó sobre el papel de la mujer, la financiación autonómica, la viabilidad del sistema de pensiones públicas, el empleo de calidad, la igualdad de oportunidades, la reforma fiscal, el cambio climático... hasta explayarse un poco más en los nuevos retos de la economía digital y los nuevos modos del turismo de los que él ya alertó cuando en 2008 fue nombrado consejero de Turismo.

Luciano Alonso estaba cómodo, lo que no deja de ser noticia dado su permanente estado de intranquilidad, relajado, rodeado de amigos y dejando un mensaje para todo aquel que sepa leer entrelíneas de que su compromiso político sale más fortalecido si cabe y que estará allí donde le llamen para defender las mismas banderas que ha izado en los últimos cuarenta años.

Como en todo acto de reconocimiento, todo fueron parabienes para el exconsejero. Antonio Fuentes, de Civiles, explicó que era justo realizar un acto de reconocimiento a la figura de Luciano Alonso para que lo vivido en estos dos últimos años no borre de la memoria su labor y sus logros para la sociedad malagueña. El presidente de la CEA, Javier González de Lara, resaltó la generosidad de Luciano Alonso en su defensa de los intereses de Málaga, su habilidad para llegar a acuerdos en una época donde eran necesarios o su inagotable capacidad de trabajo. El secretario general del PSOE, José Luis Ruiz Espejo, destacó que es «un ejemplo» del que «está claro su honestidad y su compromiso social y político».

Dedicación plena

Palabras, como las que reclamaba Alonso en esa tribuna de opinión donde decía que levantaba la voz porque «quiero seguir encontrando fuerzas e ilusión para seguir procurando, al lado de mis compañeros, una sociedad más justa».

Quienes le conocen de verdad saben que seguirá en ese empeño, pues hay pocos políticos (quizás el alcalde de Málaga) cuya agenda de trabajo es tan agotadora que necesita dos o tres equipos para poder seguir su ritmo.

Como aquella tarde-noche del 4 de agosto de 2009 cuando Alonso esperó más de doce horas recluido en una sala cerca del parador de golf por si sindicatos y patronal necesitaban de su intervención para evitar que se convocara una huelga en hostelería en pleno mes de agosto. Mientras otros consejeros viajaban para una cena con Griñán en Almería, Alonso le dijo al entonces presidente que su obligación era quedarse cerca por si tenía que intervenir como así sucedió sobre las doce la noche para firmar un acuerdo que evitó una huelga en plena temporada alta.

Ejemplos como éste hay cientos, pues Luciano Alonso entendía y entiende la política como un servicio público al que se entregó en cuerpo y alma anteponiendo en ocasiones hasta lazos de amistad o restándole horas y horas a su propia familia.

Por eso, y mucho más, ayer el acto de reconocimiento fue masivo con la presencia de numerosos socialistas como los exsecretarios generales Miguel Ángel Heredia y José Asenjo; el alcalde de Torremolinos, José Ortiz; el exalcalde de Marbella, José Bernal; la exrectora de la UMA Adelaida de la Calle; el integrante de la ejecutiva regional José Carlos Durán; los concejales de la capital como Begoña Medina; el portavoz en la Diputación, Francisco Conejo; el exsenador del PP José Manuel Gómez Angulo; exdirigentes socialistas como Francisco Tiguero, Rafael Granados, Fernando Arcas, Emiliano de Cara, Sebastián Rueda, Gabriel Clavijo; la directora general de Andalucía Emprende; Montse Reyes y los delegados de Medio Ambiente y Fomento; y una amplia representación de empresarios turísticos que encabezaba el presidente de los empresarios de playas, Manuel Villafaina, acompañado por Norberto del Castillo y Vicente Seguí.