La Audiencia de Málaga ha condenado a siete personas por utilizar tarjetas clonadas para obtener dinero de forma ilícita a través de numerosas operaciones comerciales o a través de reintegros bancarios en cajeros automáticos.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, los acusados se pusieron de acuerdo para llevar a cabo estos hechos y cada uno tenía un papel, siendo uno de ellos el "organizador" de las operaciones y encargado de obtener, junto a otro, los datos a través del copiado de los mismos procedentes de entidades bancarias extranjeras.

Asimismo, otros acusados colaboraron constituyendo empresas ficticias que pudieran ser beneficiarias de los datáfonos "sin levantar sospechas" y, así, obtener dinero en efectivo; mientras que otro procesado fue el que alquiló el vehículo en el que se trasladaban a los cajeros para realizar distintas operaciones, dice la resolución.

Tras esto, "todos se repartían las ganancias, con distintos porcentajes", describiendo la sentencia las distintas operaciones realizadas desde junio de 2008 en establecimientos comerciales de las localidades malagueñas de Campillos y de Pizarra y en la barriada de Campanillas de la capital.

Así, según se declara probado por el Tribunal de la Sección Segunda, algunos de los acusados se personaron en varios establecimientos para adquirir electrodomésticos y televisores con las tarjetas "con apariencia de verdaderas" y que eran de procedencia de bancos extranjeros.

Asimismo, la Sala indica que realizaron operaciones a través de empresas ficticias creadas por los acusados, solicitando datáfonos a varias entidades bancarias españolas. De esta forma, simularon operaciones comerciales con tarjetas de crédito, emitidas también en el extranjero, y que previamente habían sido clonadas.

Las operaciones de pago se realizaron a nombre de varios acusados, los cuales "simulaban que se trataban de un cliente" relacionado con las empresas creadas, según se pone de manifiesto en la sentencia, en la que también se detallas las operaciones realizadas en cajeros de dicha localidad y de la capital.

Los procesados son condenados por un delito de falsedad de tarjeta de crédito en concurso con otro de estafa, ambos con carácter continuado, Se impone a tres de ellos dos años de prisión, pena que se suspenden condicionado a que paguen la responsabilidad civil impuesta y a no vuelvan a delinquir. A otro acusado se le condena a año de cárcel y a tres, a seis meses.

Además, en la sentencia, que se dicta tras la conformidad expresada por todos los acusados y sus defensas y que es firme, se les impone que indemnicen conjuntamente a una entidad bancaria con 18.522 euros y a otra con 3.587 euros por los perjuicios económicos causados.