El pasado 24 de abril concluyó el Consejo Social su informe sobre la situación sanitaria de Málaga en relación al ejercicio 2017, un estudio detallado que se ha forjado en nueve reuniones de la comisión designada por el órgano en la que están representados sindicatos, el Ayuntamiento de la capital, el Colegio Oficial de Médicos y federaciones vecinales entre otros. Asimismo, ha habido encuentros, entre otros, con el grupo técnico para la reordenación hospitalaria designado por la Junta de Andalucía y presidido por José Luis García Arboleya, así como con la Facultad de Medicina y la de Ciencias de la Salud, la Gerencia de Urbanismo y otras entidades de interés. Las conclusiones son contundentes: si Málaga fuera una persona, estaría en la Unidad de Cuidados Intensivos. Para empezar, es la última provincia española en camas hospitalarias, muy por debajo de las medidas nacional y andaluza, pese al crecimiento constante de población.

Así, Málaga posee 15,47 camas por cada mil habitantes, frente a las 17,96 de Andalucía y las 20,5 del país. Pero hay más datos: en la provincia, ha crecido la población en 254.408 personas entre 2003 y 2007 (un 18,5%), mientras que las camas han descendido en 135 (-5,08%). Es decir, hay más residentes en la Costa del Sol con menos camas hospitalarias a su disposición, lo que ha hecho que Málaga perdiera incluso posiciones entre 2003 y 2017: en el primer año, la ratio era de 19,31 camas por cada diez mil habitantes y en el segundo, 15,47. «Continuamos siendo la última provincia de Andalucía en el indicador de camas por habitantes, por lo que en la actualidad sería necesario aumentar la planta en 483 camas para alcanzar la ratio media andaluza», considera el informe. Ya en 2003, Málaga era la provincia andaluza con menos camas por cada diez mil habitantes.

Es decir, que para alcanzar la media andaluza hacen falta 483 camas hospitalarias en la provincia y, si se habla de la española, nos faltan 818. «Por tanto, estaríamos necesitando entre un hospital como el Clínico (483 camas) o uno más parecido al Regional (818) si se habla de la media nacional.

También destaca que Málaga es la provincia andaluza que cuenta con una mayor dotación de camas hospitalarias privadas, concretamente el 36,98% del total andaluz, mientras que las públicas suponen el 16,70%.

Además, desde que en 1992 se inauguró el Hospital Costa del Sol no se ha abierto otra infraestructura sanitaria especializada a excepción del Chare de Benalmádena. El Hospital de Antequera, dicen los redactores, fue un traslado del antiguo sanatorio municipal, al igual que el de Ronda. Además, el Hospital del Guadalhorce, a día de hoy, no cuenta con área de hospitalización. Ello significa que se ha producido un aumento de medio millón de personas con casi los mismos recursos sanitarios que en 1992, hace un cuarto de siglo.

Por otro lado, ha caído el empleo público sanitario en 1.893 plazas desde 2009 a 2017, siendo esta la provincia en la que más plazas se han destruido precisamente por los recortes de la crisis, lo que el informe achaca a la política del Gobierno central al imponerse la tasa cero de reposición durante tres años.

El caso es que los pacientes, pese a que los recursos humanos y las camas bajan, no paran de crecer, gracias fundamentalmente al carácter turístico de Málaga. Así, en 2016 la población era de 1.638.952 personas. Para 2030, será de 1.748.554, según estima el INE. Para entonces, las personas mayores de 65 años serán un 55% más, de forma que uno de cuatro censados en Málaga tendrá más de esa edad. También hay un fuerte incremento de la población con 70 o más años, que son los que más servicios sanitarios demandan. Además, el 45,6% de la población tiene una o más patologías crónicas y el 23% sufre dos o más enfermedades de este tipo. Además, estos enfermos consumen gran cantidad de medicamentos: se calcula que el 70% del gasto farmacéutico se debe a las patologías crónicas. «Tenemos una población que envejece, ya cerca del 50% tiene al menos una patología crónica y, en estas condiciones, son usuarios de todos los servicios de atención primaria, especializada, pruebas diagnósticas, urgencia y hospitalización».

Es una población que necesita de «un cuidado constante a todos los niveles, a los que la precariedad del sistema sociosanitario, deficiente ya para la atención de los pacientes agudos en Málaga, actualmente no puede cubrir».

En cuanto a Atención Primaria, Andalucía invierte menos en este capítulo desde hace unos años, explican, lo que se traduce en un deterioro de la asistencia y una sobrecarga de trabajo de los profesionales. «En este contexto de falta de inversión en Atención Primaria, los problemas de plantilla, las sustituciones, la estructuración de las actividades en contratos-programa, obliga a que este nivel asistencial tenga como principal actividad la consulta a demanda, restringida en el tiempo de atención. El resto de actividades de fomento, promoción y prevención sufren las consecuencias, así como la atención domiciliaria», subrayan.

Por otro lado, y continuando con el estudio, el personal sanitario malagueño ha sido de 15.581 personas (media) entre 2007 y 2016, de forma que se produjeron 2.041 agresiones. Es decir, la ratio de agresiones por el total de trabajadores es del 13,10%, la más alta de toda la comunidad autónoma. Los más afectados los médicos (40,05%), el personal de enfermería (34,31%), y auxiliares de enfermería (21%). «Estos tres colectivos son los de especial riesgo, porque acaparan un 95,36% de las agresiones en Andalucía», dicen los redactores del informe. «Se puede concluir que, además de los distintos sistemas de protección implantados en las distintas provincias, Málaga, en su atención sociosanitaria, está sometida a un mayor estrés que deriva en situaciones de violencia sobre los trabajadores», arguyen.

«Málaga lleva soportando desde hace más de una década una falta de inversiones en materia de sanidad, que no se ha producido en otras provincias de la comunidad autónoma. Baste recordar las inversiones efectuadas en la remodelación integral del Hospital Reina Sofía de Córdoba o el nuevo Hospital de Granada en el Parque de la Salud, realizadas todas ellas en periodos de crisis». Ello se ha traducido en «hospitales colapsados y en un deterioro claro de la asistencia que se presta, como refleja el ranking de listas de espera que lideramos un año tras otro, como también encabezamos las agresiones a profesionales».

La Consejería de Salud, indican, se ha mostrado receptiva a las peticiones que desde diversos ámbitos se han llevado a cabo, comenzando en 2017 por aumentar la inversión en sustituciones (periodo estival) y en un aumento de plantilla en Atención Primaria.

Problemas

Málaga es la provincia española con menos camas

Como consecuencia de los recortes, se han perdido en Málaga 370 camas hospitalarias de la sanidad pública en los últimos cinco años. Además, Málaga es la última provincia de la comunidad autónoma y muy distante de la media española.

Medio millón más de habitantes y un nulo crecimiento de hospitales

Desde 1992, apenas ha aumentado la dotación hospitalaria pública de la provincia a pesar del crecimiento poblacional en este periodo, cercano al medio millón de personas. En el 92 se abrió el Hospital Costa del Sol, los hospitales de Antequera y Ronda fueron meros traslados. Sólo se abrió el CHARE de Benalmádena.

Málaga, la provincia que más empleo público sanitario ha perdido

Andalucía está entre las comunidades autónomas que más empleo público ha perdido en sanidad. Málaga es, con diferencia, la provincia que más plazas de sanidad pública ha destruido. En nuestra provincia se han perdido 1.893 plazas, lo que supone un 20,41% de todas las plazas de todas las categorías de la sanidad pública en Andalucía.

Los profesionales malagueños son los que más agresiones sufren

Los profesionales malagueños son los que sufren una mayor tasa de agresiones tanto física como verbales con una dotación de recursos preventivos deficitarios, soportando un gran estrés.

Soluciones

Un plan de choque para reabrir las plantas hospitalarias cerradas

El Consejo Consultivo propone un plan de choque. Así, en un primer momento, habría que reabrir con carácter de urgencia todas las plantas cerradas ahora en los hospitales malagueños y usar al 100% las infraestructuras sanitarias. Siguen sin ser utilizadas 48 camas en el Hospital del Guadalhorce y 40 en Benalmádena. Hay que continuar, en segundo lugar, con el cambio de la política de personal del SAS con la sustitución de ausencias por bajas, vacaciones, permisos reglamentarios, etcétera...

Crecimiento de la tasa de reposición por encima del 100%

Es necesario el crecimiento por encima de la tasa de reposición para poder recuperar 1.893 puestos de trabajo perdidos en la sanidad pública en los últimos años. Hoy, en los centros malagueños hay un 20,4% menos de profesionales sanitarios públicos menos que en 2009, llevándose a cabo la misma labor asistencial con una población más envejecida. Hay un deterioro en la asistencia y los profesionales están sobrecargados. Por ello, se propone que la tasa de reposición crezca por encima del 100%.

Un plan de reordenación de la asistencia especializada

Proponen una reordenación de la asistencia especializada como consecuencia de un plan funcional bien coordinado y ejecutado, con más camas de agudos y crónicos, así como otras actuaciones igualmente importantes como más consultas externas, inversiones en nuevas tecnologías, rediseño de áreas quirúrgicas, urgencias y otras instalaciones de alta complejidad. Este proyecto tiene tres pilares: construir un hospital en la zona posterior del Materno Infantil, que conformaría un gran hospital junto a los ya existentes en la zona. Sería de tercer nivel y tendría las especialidades propias de este nivel asistencial y vinculado a la universidad, con áreas específicas de Docencia e Investigación. También habría un edificio para el Instituto de Investigación Biomédica. Por otro lado, se propone reconvertir el actual hospital General, los pabellones A y B, en un Hospital Comunitario, con una dotación de, al menos, 500 camas, con personal de nueva contratación. Asimismo, y en último lugar, construir una infraestructura sanitaria especializada en la zona Este de la ciudad. La inversión necesaria sería de en torno a 245 millones de euros.

Potenciar la Atención Primaria mejorando las ratios

También piden potenciar la Asistencia Primaria, de forma que la ratio médico de familia/pacientes no sea mayor de 1.500; la ratio pediatra/paciente no sea mayor de 1.200 y que en las consultas se disponga de 10 minutos por enfermo.