Silenciosa, limpia, verde y conectada. Así es la ciudad inteligente del futuro. Los coches reducen la velocidad automáticamente al pasar cerca de una escuela. La temperatura de los edificios se regula a través del calor corporal que emiten sus inquilinos. En la calle, miles de personas solicitan de manera relajada el adecuado medio de transporte a través de una aplicación y se dirigen así a sus puestos de trabajo. Limasa recoge los residuos en función de lo que la PDA le marca al operario y se establecen rutas y horarios en función de la carga de los contenedores. ¿Suena a utopía? Lo es. Al menos, hasta el momento. La ciudad inteligente, también denominada smart city, en su concepto más amplio, no es más que la descripción de una visión. Una fotografía a gran escala que se compone por iniciativas individuales, avances empresariales y la implantación de las nuevas tecnologías en la realidad municipal.

Málaga, con pretensiones destacadas e históricas por ser una forja de innovación, presentó este martes su propia visión de futuro bajo el nombre de Plan Estratégico de Innovación Tecnológica 2018-2022. Una especie de hoja de ruta que marca el horizonte y la planificación inteligente de la capital para los próximos años en torno a 204 proyectos por desarrollar, y una inversión que, según el Ayuntamiento, asciende hasta los 155 millones de euros. Con carga a los propios presupuestos municipales (75%) y a través de la captación de subvenciones que reparte la Unión Europea con sus órganos filiales, y que centraliza, en última instancia, el Gobierno central.

El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado por el concejal de Innovación y Nuevas Tecnologías, Mario Cortés, fueron los encargados de desglosar el plan estratégico de 400 páginas en la sede de innovación que mantiene Telefónica en La Tabacalera. El escenario elegido no fue casualidad, pues el espacio ha ejercido en los últimos años como campo de prueba para todo tipo de proyectos innovadores.

Ante los periodistas, De la Torre incidió en que se trata de un plan transversal en el que han participado todas las áreas del Ayuntamiento, además de empresas municipales y organismos autónomos con el objetivo de «llegar a 2022 con un recorrido que nos permita afirmar que tenemos una ciudad aún más inteligente, que cumpla con todos los objetivos y normas que se están estableciendo».

Para que estas aspiraciones no naufraguen contra los vaivenes políticos que puede deparar el futuro en el Ayuntamiento, el actual equipo de gobierno del PP aspira a que este plan sea apoyado por todos los grupos políticos con representación. Así, ya se le habría hecho llegar al resto de partidos para que se pueda votar con unanimidad en el pleno ordinario correspondiente al mes de mayo. «Aquí no hay nada de ideologías», apuntilló Cortés al respecto.

¿Pero qué esconde el vasto documento de 400 páginas? De entrada, un plan que se estructura en cuatro fases que deberían culminarse de manera sucesiva. «Era importante establecer estos parámetros porque es la única manera que tenemos para comprobar si vamos cumpliendo con lo establecido», precisó Cortés.

En concreto, las mencionadas fases son las siguientes: análisis de la situación actual, definición estratégica, plan de acción y definición del plan de gestión para cumplir los objetivos. Si se atiende al éxito que tuvo el plan estratégico para el turismo que se marcó el Ayuntamiento en su día, cabe esperar avances. La duda radica en si el ciudadano de la calle los apreciará o puedan servir para facilitar su vida en el día a día.

Así, este plan contempla desenmarañar el complicado laberinto burocrático al que, aún, se tienen que enfrentar los malagueños cuando realizan una gestión con el Ayuntamiento. En este sentido, Cortés adelantó la creación de una aplicación única que servirá para todas las empresas municipales y que permita sellar el habitual papeleo a través de la firma electrónica. En el plano de la movilidad, todo pasa por seguir fomentando el uso del transporte público y apostar por el vehículo eléctrico, especialmente entre los taxistas. Este plan contempla, también, los previsibles avances en la conducción autónoma e insta a tomar las medidas apropiadas para que Málaga esté preparada y pueda dar el correspondiente soporte.

En el plano económico, Cortés subrayó la necesidad de atraer inversión dentro del sector de la innovación. El Polo Digital, aseguró, es el mejor ejemplo del potencial que existe. Hasta 2022, en definitiva, Málaga tratará de ser más inteligente de lo que lo es ahora.