«He estado leyendo el plan y no entiendo nada. Explícame en qué consiste para que una persona de la calle vea en qué le puede beneficiar». La entrada a la entrevista con Mario Cortés, concejal de Innovación y Nuevas Tecnologías del Ayuntamiento de Málaga, es directa. Detrás de un nombre rimbombante -como suele ser habitual cuando se habla de innovación- hay un abismo de comprensión con el ciudadano medio. El uso de términos anglosajones, malas traducciones y lenguaje técnico oscurece su contenido o aplicación práctica para la persona común. «Málaga Smart. Plan Estratégico de Innovación Tecnológica» cumple con todos los tópicos. Al menos, el documento resumen de este plan. Sin embargo, la conversación posterior va desentrañando diversos proyectos que auguran una pequeña revolución en la gestión municipal y mejores servicios. Eso si el Ayuntamiento de Málaga es capaz de ejecutar sus 204 proyectos en los cinco años que se ha marcado.

Hace unos días se presentó el «Málaga Smart. Plan Estratégico de Innovación (2018-2022)». ¿Qué hay detrás?

Hemos tratado de revisar la estrategia de innovación del Ayuntamiento de Málaga, de cara a la convocatoria de ayuda para 2020. Primero hemos hecho un análisis de lo que había, como una especie de historia de la ciudad de lo que se ha hecho en innovación, porque llevamos 18 años haciendo cosas. Luego se ha elaborado un diagnóstico para conocer el punto de partida y una redefinición de los ejes de trabajo municipales en innovación.

¿Cuáles son esos ejes?

Son las líneas de actuación estratégica del Ayuntamiento de Málaga, con idea de abarcar todas los ámbitos de trabajo municipal. Están ´Hábitat Sostenible y Seguro´;´Movilidad Inteligente´; ´Economía innovadora´; ´Infraestructuras TIC´; ´Transformación Digital´; y ´Servicios al ciudadano´.

Sobre el papel parece un plan estratégico como el de otras ¿Qué tiene de novedoso?

Muchas ciudades tienen esta parte estratégica de los ejes de trabajo, pero la gracia está en que hemos desarrollado el trabajo y concretamos las actuaciones. Nadie tiene un plan de acción concreto con su presupuesto comprometido y un horizonte temporal como nosotros. Nuestro plan incluye 204 fichas de proyectos con previsión presupuestaria y fechas de ejecución, que suman 155 millones de euros.

¿De dónde sale el dinero?

Vamos a contar con 33 millones de fondos de la UE y colaboraciones privadas, sobre todo para proyectos piloto y de I+D.

¿Están comprometidas esas aportaciones?

Algunas incluso ya se han adjudicado, como las que tienen que ver con el turismo o la renovación del centro de control de tráfico. Ahora estamos presentando una convocatoria para el proyecto de edificios conectados por cinco millones de euros, que incluye muchos temas de infraestructuras necesarios para el resto del plan, y que tiene una financiación 80% del ministerio y 20% propia. Además, el proyecto más importante es de 20 millones de euros, que es para el I+D de todo lo relacionado con el tratamiento de basura y agua, en un proceso de compra pública de innovación que gestiona el Ministerio de Economía.

Pero siguen quedando algo más de 120 millones que tiene que aportar el Ayuntamiento. ¿Es viable?

Si divides 120 millones en 5 años sale a 24 millones de euros al año de aportación municipal.

Sigue siendo una cantidad importante para asumir para el presupuesto de inversiones del Ayuntamiento de Málaga.

Preguntamos área por área cuánto se gastan en modernización y nos salieron 18 millones de euros al año. Aquí hay cambios de LED, nuevos vehículos eléctricos, los fondo DUSI... En realidad el plan supone incrementar en 6 millones más lo que ya se aporta y para un presupuesto de 800 millones es asumible. Es un plan muy realista, con fechas de ejecución. No es un plan loco. Lo parece si ves la cifra global de 155 millones, pero en 5 años no supone aportar ni el 3% del presupuesto anual del Ayuntamiento.

Al final el plan se sustenta en fondos propios.

La UE te financia los proyectos de innovación y los proyectos pilotos, pero para mejorar la administración, salvo los DUSI, te lo pagas tú. Hay que tener en cuenta que el 80% de lo que hay aquí supone un ahorro de costes. Si te gasta 15 millones de euros en LED, en tres años lo recuperas porque ahorras el 40% de la factura de la luz.

¿Cómo se concretan otras medidas de ahorro energético?

En cinco años se habrá cambiado todo el alumbrado público de la ciudad, que nos ahorrará un 40% de la factura eléctrica. Con los coches eléctricos es igual, se dan ahorros desde el primer momento en que se ponen en servicio. Con un sistema de placas fotovoltaicas, por ejemplo, dejas de pagar la factura de la luz. De hecho, el Jardín Botánico va a ser autosuficiente y cortaremos el contrato de suministro. Esta idea la trasladaremos a otros parques, como hemos hecho en la Laguna de la Barrera. Pones una farola con una placa y carga por el día lo justo para tener energía para iluminar por la noche. Y además nos ahorramos un dineral en instalaciones y cableado o mantenimiento. Si ese modelo lo extendemos a todos los parques, hay un ahorro enorme de dinero. Es una línea de trabajo de este plan, con la que queremos diseñar un sistema que se mimetice con el parque, con una forma de flor, por ejemplo, para poner placas fotovoltaicas y generar energía.

¿Cuánto se podrá ahorrar con el plan completo una vez que se aplique?

Es complicado de saber porque hay ahorros económicos, como el que hablábamos de las LED o los vehículos eléctricos; pero también de gestión, con ahorros de tiempo y personal. Por ejemplo, renovando el centro de control de tráfico, la mitad de ese personal no será necesario y se podrá reasignar a otros servicios, reforzando la gestión. Eso permitiría acelerar la redacción de los informes, que no es un ahorro económico, pero será una mejora en la agilidad de la gestión y el servicio a los ciudadanos.

Comentaba que el Ministerio de Economía aportará 20 millones para proyectos de I+D. ¿Qué proyectos serían?

Todo lo que tenga que ver con mejora del tratamiento de agua y basuras. Esos 20 millones financiarían el I+D a la empresas para desarrollar dispositivos que no existen ahora en el mercado. Es un pliego de innovación que autoriza el Ministerio de Economía y licitas con una serie de objetivos a cumplir. Quien lo logre, se lleva el contrato de suministro. De hecho, el Ministerio obliga a adquirir lo que se desarrolle, sin funciona.

¿Qué dispositivos son necesarios?

Uno que queremos impulsar es un modelo de contenedor-compactador, que no hay en el mercado. La idea es que reciba la basura, la compacte y ahorre espacio. Teresa Porras quiere ponerlos en el Centro porque supondría un ahorro importante, ya que ahora hay un sistema de recogida de basura dos veces al día, desplazando vehículo y personal. Además se pueden vincular a una placa fotovoltaica en un edificio vecino para que le dé energía y no consuma.

¿Y para la recogida de basura fuera del Centro?

También queremos desarrollar un sensor óptico para indicarnos si las papeleras y contenedores están llenos. Pero es un sistema caro y antes tenemos que desarrollar una red propia para la transmisión de datos, lo que abarataría los costes al conectar allí todos los sensores y dispositivos municipales y no tener que depender de una operadora. Ahora no existe esa red, que habría que crear desde cero, pero si quisiéramos poner en marcha con un operador externo, tendríamos que poner una tarjeta SIM a cada sensor, lo que sería carísimo. Esa es la razón por la que Emasa no hace la lectura telemática de los contadores, ya que tendría que poner 250.000 tarjetas SIM y los costes serían bestiales. Con nuestra red propia eso sería posible y nos permitiría nuevos servicios.

¿Qué aplicaciones tendría esa red de datos para otros proyectos?

En asuntos sociales nos permitirá desarrollar una pulsera para monitorizar a personas dependientes o mayores que viven solos, además de localizar a personas con Alzheimer que se puedan perder. Con una simple pulsera se podría controlar a estas personas sin apenas coste y sin que la persona se tenga que preocupar de tener una red wifi o cargar la batería de la pulsera, que sólo emitiría cuando ocurra algo.

¿Es viable desarrollar esos dispositivos de I+D?

Ahora voy a sacar una convocatoria para que las empresas desarrollen estos dispositivos en pruebas pilotos, como la pulsera que comentaba antes.