Durante el primer cuatrimestre del año, la Policía Nacional registró en los municipios malagueños de su demarcación 33 incidentes sufridos por profesionales sanitarios mientras desarrollaban su trabajo en todo tipo de centros médicos. Diecinueve casos acabaron en denuncia. «No es un mal porcentaje, más de la mitad, pero nuestro objetivo es alcanzar el cien por cien», asegura Antonio Bolívar. Este inspector, como jefe de la Unidad Territorial de Seguridad Ciudadana, pone rostro a la figura del interlocutor policial sanitario de este cuerpo en la provincia de Málaga desde que el Ministerio del Interior aprobara el año pasado la elaboración de un protocolo frente a agresiones a profesionales de la salud. Bolívar distingue entre los tres tipos de incidentes más comunes: Las conductas incívicas, contra las que es más difícil luchar por no estar tipificadas; la amenaza, que sí se considera delito; y las agresiones y lesiones, que entran de lleno en el delito de atentado. Los hospitales grandes y las urgencias son las zonas más sensibles.

Esta línea de trabajo, según Bolívar, comenzó con la elaboración de un censo de centros médicos que actualmente han numerado en 116 en el ámbito de la Policía Nacional y una posterior valoración del grado riesgo de cada uno de ellos en función de sus medidas de seguridad. Esta labor, iniciada en septiembre del pasado ejercicio, recopila todos los incidentes registrados con el objetivo de dibujar un «mapa de riesgo» que revele dónde se producen más los incidentes, la hora, el día de la semana y así poder dar a cada centro una respuesta a su medida. Tanto el censo como el nivel riesgo se revisan cada seis meses y el objetivo es dar un cien por cien de cobertura que incluye centros públicos, privados e incluso a dentistas.

En una segunda fase que se iniciará próximamente, el inspector explica que se centrarán en realizar ciclos formativos y charlas para que el personal sanitario se familiarice al trabajo policial y sepa que cuenta con una herramienta más: «Queremos que la denuncia sea más accesible para el profesional sanitario, no un muro, y así poder luchar de una manera más efectiva contra la normalización de conductas inaceptables». El inspector también destaca la importancia de que los sanitarios sepan cómo afrontar determinadas situaciones, algo que tienen previsto transmitir en las charlas. «Existen técnicas de contención verbal. Aunque a veces estas no son suficientes para revertir una situación, sí son útiles para ganar tiempo», concluye.