El problema del ruido en el Centro de Málaga ha ido creciendo de la mano de la peatonalización, que ha permitido ganar espacio para el peatón, pero también para las terrazas de bares y restaurantes. Las quejas de los vecinos del Centro han ido creciendo de forma notable en los últimos años, conforme crecía el número de locales de hostelería y las terrazas. Los intentos del Ayuntamiento de Málaga por controlar el ruido, hasta ahora, han sido en vano y, de hecho, se han ganado las críticas de los vecinos. Mientras, los hosteleros aceptan cierto control en las terrazas, pero temen que el endurecimiento de las exigencias, con la declaración de Zonas Acústicamente Saturadas de varias calles, suponga el cierre de negocios.