La Tertulia del Cantarrana, que se celebra cada mes en el restaurante homónimo (calle Sánchez Pastor 10), y que organiza La Opinión de Málaga, abordó en esta ocasión a una de las realidades culturales más importantes de la ciudad, el Festival de Cine, y para ello contó con el director del evento, Juan Antonio Vigar, la presidenta del Ateneo, Victoria Abón, la decana de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Inmaculada Postigo, el presidente de los hosteleros malagueños (Mahos), Javier Frutos, el presidente de la Asociación de Productores Malagueños (Procinema) y director Daniel Ortiz, y el productor José Antonio Hergueta. Lo que quedó claro es que el Festival ha dado dos pasos claves para el ahora del cine español y malagueño: el abrirse a las creaciones iberoamericanas e impulsar el Mafiz, su área de industria, y esas dos decisiones, cuando el Festival ha cumplido 20 años, son también los grandes retos a los que se sigue enfrentando: propulsar el talento local e impulsar una floreciente industria audiovisual.

Vigar señala dos conceptos: utilidad e industria. En relación al primero, afirma que «nacimos en el 98 para ser útiles al cine español. Durante 20 años hemos estado trabajando en esa dirección, generando gran complicidad con todo el sector audivisual español, y también intentando convertir a Málaga en punto de encuentro de ese sector, no sólo una vez al año, nosotros trabajamos para hacer un gran evento, que es nuestro buque insignia, el Festival de Cine, y tenemos otra serie de eventos vinculados al audiovisual que ocupan todo el año». «Me decía un amigo que antes las películas eran de cada uno de los países y ahora, en Iberoamérica al menos, de varios o de casi todos a la vez. Al cambiar ese sentido del audiovisual español y convertirse en espacio de confluencia cultural, si nosotros queríamos seguir siendo útiles al cine español teníamos que adaptarnos a su nueva fisonomía, dar ese paso y establecer un abrazo al cine iberoamericano, formamos todos parte e un miso espacio cultural común de 23 países y 580 millones de hispano hablantes».

Además, otro aspecto en el que el Festival de Cine debía adaptarse y crecer es el de industria. «Hoy un festival que se limite a hacer un espacio donde se exhiben películas tendrá un futuro limitado; creo que no se entendería Cannes sin Le Marché du Films, ni la Berlinale sin el European Film Market». Por eso, se ha creado el área de industria del Festival de Málaga, el Mafiz, «porque creo que nuestro tejido audiovisual malagueño en concreto necesita que lo acompañemos no sólo en fase de exhibición de películas sino en su venta internacional, en aumentar sus posibilidades de negocio». Insiste en que los productores locales ya van «a los grandes mercados y espacios de industria internacional siendo conocidos, respetados y poniendo en valor sus proyectos como parte de un tejido industrial». En este área se potencian los encuentros entre productores, directores y hasta distribuidores.

Victoria Abón, la presidenta del Ateneo, institución cultural referente en Málaga, señala que su colectivo siempre ha estado implicado en el cine. «Desde hace varios años, tenemos un ciclo de cine y una exposición», aunque se queja de que durante un tiempo hubo que interrumpir el Cine Fórum porque costaba mucho dinero emitir las películas.

«Hemos buscado la forma de subsanarlo y llevamos varios años con un ciclo muy interesante, un ciclo de Cine y Psicoanálisis». Hay un Cine Club, en colaboración con el colectivo Croma, que es una cita mensual, de forma que se proyecta una película y críticos y directores las comentan, así como también hay un proyecto de cine y educación de forma que, junto al colectivo Tolerancia Cero, «las productoras ceden películas a coste cero para usarlas de forma educacional». «El cine es importante para educar, acercar valores humanos y sociales». En cuanto al Festival, recuerda que el germen empezó mucho antes de su nacimiento, cuando la Casa de la Cultura organizaba un festival de cine clásico, «eso ha trascendido». «La ciudadanía malagueña es la que ha llevado arriba el festival, antes que las instituciones», aclara, aunque también le gustaría más implicación de los barrios y sus comercios, de la misma forma que «ponen los escaparates en Semana Santa o Feria, que pongan también esos escaparates durante el Festival de Cine y que la gente se sienta más identificada». Otra de sus ideas es potenciar la industria de diseño existente en la ciudad y también a los diseñadores de moda, «aquí unos estudios de diseño que no se potencian lo suficiente, no se les da el valor que tienen, se tira para diseñar carteles de un amigo o de fulanito, que sabe algo».

Inmaculada Postigo, decana de Ciencias de la Comunicación en Málaga, indica que el Festival de Cine va mucho más allá de la alfombra roja y destaca las ayudas a los jóvenes creadores, las charlas y masterclass que se hacen, aunque las ve algo dispersas y propone a Vigar centralizar las ayudas a jóvenes creadores a través del Máster de Creación Audivisual y Artes Escénicas o la posibilidad de hacer una residencia creativa. «No formamos tejido si no formamos a nuestro propio cuerpo, la mayoría de los productores y productoras han estudiado aquí». Califica de acierto haberse abierto al cine iberoamericano, reseña la semilla que se planta cuando se invita a los estudiantes a ser parte del jurado joven y reseña el hecho de que se potencie y se visualice a las creadores femeninas y a su trabajo.

Javier Frutos afirma que esos diez días son importantísimos para la ciudad desde el punto de vista turístico y de restauración, «el malagueño se enorgullece de que esté el festival, desde el punto de vista turística la semana es muy buena» y se ofrece a llegar a acuerdos entre su sector y el Festival.

El productor Daniel Ortiz asegura que el Festival de Cine «ha hecho que nos formáramos aquellos que empezamos hace 20 años», se creó la asociación con el «bagaje y la experiencia de muchos años detrás de los productores que la formamos». «Ahora Málaga crea un contenido propio y ese contenido propio no sólo está en el festival que nos da apoyo, sino a nivel internacional». El sector local se ha visibilizado en todo el mundo «de una manera que nunca hubiéramos esperado. Acudimos a la European Film Market de Berlín, a Ventana Sur en Argentina, a Cannes y San Sebastián y eso hace que nuestros propios proyectos y productores de nuestra asociación estén involucrados en otros proyectos que van mucho más allá, de relieve y peso». Además de cultura, indica, el cine es industria, y destaca su lucha contra el hecho de que algunas instituciones privadas y públicas que no comprenden que los profesionales tienen que cobrar por su trabajo. Afirma que productores de otras provincias quieren venir a Málaga por el trabajo que se hace y que productores internacionales buscan a los locales, eso es «sintomático». «Somos visibles y los resultados están ahí». Recuerda que Solas, en 1995, fue una película que puso a Andalucía en el mapa. «En cinco años habrá una película malagueña a nivel industrial que va a estar en boca de todos, y significará un antes y un después».

El productor José Antonio Hergueta dice que su titular es «un sueño cumplido», y recuerda que volvió a Málaga en el 98, algo que no pensó que fuera a suceder «más allá que jubilado». Entonces, creó su propia empresa de producción audiovisual y cultural. «Han pasado 20 años y este es el panorama que hubiéramos suscrito», dice. Se alegra de que la ciudad haya perdido el complejo que tenía con Sevilla, Córdoba y Granada de que «aquí no había patrimonio». «Es sintomático, la oferta museística y el Festival, que va abriendo camino». «El discurso de la creatividad es maravilloso, es una ciudad que tiene esa bandera y la vendía, pero la toma de conciencia es hacer algo con eso, en lo inmediato es tener un Centro Histórico que absorbe un turismo capaz de meterse en muchos museos, pero en el largo plazo tiene que ser otra cosa, capaz de producir y de generar riqueza a los ciudadanos que aquí se forman y no sólo se tengan que ir, o ponernos en la competición de esos mercados y esos festivales, eso cuesta mucho dinero, tiene que ser una estrategia a medio plazo, los mimbres los tenemos». Destaca que en Cannes, la mayor parte del dinero del festival a la ciudad viene de los compradores y vendedores que van. «Si Málaga se apunta el gol de ser la capital del cine en español, evidentemente significará ese rumbo», añade. Pero hace también una lectura crítica, «tienen que cambiar muchas cosas, como que la gente se identifique más con lo que se hace aquí», declara. Le gustaría que hubiera un planteamiento a medio y largo plazo para las empresas del sector. «Es normal que Juego de Tronos o 008 despierten más interés; lo que cambiará el panorama es que dejemos de trabajar para otros y trabajemos y vendamos lo nuestro, que es donde está el valor añadido».

Vigar destaca que los proyectos culturales deben tener objetivos y estrategias a corto, medio y largo plazo, que es básico el «músculo industrial» y afirma que es rentable para la ciudad, de forma que cada euro que se invierte por parte del Ayuntamiento (1,7 millones de euros) genera 21,4, con lo que rentabilidad en 2014 era del 2.140% y destaca que la característica del evento es lo enraizado que está en la ciudad el Festival de Cine de Málaga. Postigo, por su parte, destaca que la cultura es un bien intangible e insiste en la necesidad dar voz «a los futuros talentos en las creaciones, que hay que potenciarlos y financiarlos» y otra cosa es que no se les pague. Daniel Ortiz insiste: «Soy partidario, que trabajos pequeños, medianos o grandes estén remunerados».

Los tertulianos

Juan Antonio VigarDirector del Festival de Cine de Málaga

El talento hay que respetarlo desde criterios industriales. Hay que pagar por los derechos de exhibición de las películas, sea en el espacio que sea, y sea para el público que sea. La falta de recursos no se puede trasladar al creador, no se le puede privar de lo que le va a llegar».

Inmaculada PostigoDecana de la F. de Ciencias de la Comunicación

Quería destacar las ayudas a los jóvenes creadores. Me parece un acierto abrirse al cine en español y también el hecho de visualizar las creaciones y producciones femeninas. Eso hay que ponerlo, destacarlo y felicitar al Festival de Cine de Málaga».

Daniel OrtizPresidente de Procinema, productor y director

En cinco años, habrá una película a nivel industrial que va a estar en boca de todos, será malagueña y significará un antes y un después, como lo fue Solas para el cine andaluz. Ahora, un productor va a Madrid o a Sevilla y dice ‘oye, existimos’. No nos hicieron caso hasta que creamos Procinema».

Victoria AbónPresidenta del Ateneo de Málaga

Apostaría por llevar el Festival de Cine a los barrios de Málaga; los comercios ponen en los escaparates motivos de Semana Santa o Feria, también deben hacerlo con el Festival, y que la gente se sienta más involucrada»

Javier FrutosPresidente de los hosteleros malagueños

El Festival de Cine de Málaga ayudó publicitariamente a situar a Málaga con el cine, que es casi más llamativo que los museos. Son una semana o diez días vitales para los hoteleros y los hosteleros. El malagueño se enorgullece de que esté el Festival, pero debe participar más».

José Antonio HerguetaProductor y empresario cultural

Tiene que haber empresas capaces de generar contenidos, y lo ideal es que esas empresas sean de aquí, repercutirá en la economía local y no nos hará dependiente de otros. Tiene que surgir de aquí el motor, el tejido, y tiene que haber una apuesta clara».