La conversión de viviendas en apartamentos turísticos se ha desmadrado. Desde 2009, este tipo de alojamientos han venido aumentando anualmente un 187%. Quien tiene un piso, prefiere alquilarlo a quienes vienen a pasar un fin de semana, unos pocos días, antes que a inquilinos que aspiran a habitarlo por largas temporadas. El rendimiento económico es mucho mayor y la explotación de la propiedad se rentabilidad en muchísimo menor tiempo. Más aún cuando no se pagan impuestos por ello y se negocia en B. Esta nueva actividad económica es insostenible, a juicio de empresarios, vecinos y hasta de los representantes de la administración, que en la mañana de este jueves han participado en una mesa redonda celebrada en el Palacio de Ferias, en el marco del Congreso de Hoteleros Españoles, que se desarrolla en Málaga.

Moderada por José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exeltur, el debate pretendía analizar el impacto de la vivienda privada en el turismo español. Para ello, participaron como ponentes Santiago Menéndez, directora general de la Agencia Tributaria (AEAT); Francisco Javier Fernández, consejero de Turismo de la Junta; Enrique Villalobos, presidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid; y Javier del Nogal, representante de Tourism&Law.

Por unanimidad, reclamaron una mayor coordinación entre las administraciones y un esfuerzo por tener una "visión de Estado" de esta situación. "Hace falta una normativa estatal para atajar el tema, pero llevo tres años de consejero y todavía no he sido siquiera convocado a ninguna reunión de la mesa sectorial de turismo", se lamentó el consejero andaluz. Hasta ahora, cada comunidad autónoma ha establecido sus propios límites, lo que Zoroda describió como "caos regulativo".

"Hace falta una armonización transversal y vertical, para que todas las administraciones conozcamos nuestras competencias para regular y desde todos los puntos de vista, no solo el turístico, también el fiscal, el urbanístico, el económico, el vecinal y el de empleo", señaló Fernández. Y para ello reclamó "más diálogo y consenso". También para que "la generación de riqueza no se vea como un problema, sino como una oportunidad", señaló, "dado que el verdadero problema sería si no tuviéramos turismo, que es nuestra principal industria", añadió. Pero reconoció que es necesario llevar a cabo medidas "para que ningún vecino se sienta turista en su ciudad" y que este negocio sea sostenible, social y económicamente.

"Las empresas pedimos esa coordinación a gritos desde hace años", recordó, por su parte, José Luis Zoreda. "En unos sitios permiten unas cosas y en otros otras. La legislación es muy dispersa en este ámbito cuando se trata de la principal industrial del país", dijo Javier del Nogal, que comparte la visión transversal del problema. "No tengo la solución, pero está claro que todos consideramos que no podemos seguir dejándolo de la mano de Dios", insistió.

El representante de Tourism&Law señaló que incluso la mayoría de los propietarios desearían una regulación, "quizás los únicos que no estén de acuerdo sean las plataformas digitales" de alquiler de viviendas.

Santiago Menéndez, de la AEAT fue muy claro al decir que la actividad digital "deja huella" y de que la percepción que la sociedad tiene de quien defrauda es de alguien "insolidario". Por lo que animó a llevar a cabo denuncias fiscales, "que son anónimas y todas se estudian" ante la certeza de que algunos propietarios no declaren lo que ganan con sus alquileres. "Hacienda lleva un control de acuerdo a la legalidad vigente", añadió.

Desde el punto de vista vecinal, Enrique Villalobos trasladó la experiencia de lo que está ocurriendo en el Centro de Madrid y que es extrapolable a otras grandes capitales, como Málaga. "Los vecinos no estamos en contra de la actividad y el progreso económico, pero sí lo estamos de las actividades no reguladas, alegales e ilegales, que nos afectan", dijo. E hizo referencia al encarecimiento del alquiler, lo que está provocando la "expulsión del vecindario". "Los centros se vacían y se obliga a la gente a irse a vivir al extrarradio, lo que está haciendo ya también que aumente el precio del alquiler de estos barrios periféricos. Es decir, se está generando una bola de nieve que se nos traga", definió gráficamente.

Villalobos se mostró partidario también de poner cotas para evitar que las ciudades se conviertan en "escenarios de cartón piedra y en parques temáticos".